Los voluntarios de la Federació entregaron los 4.000 trozos de 'coca de trampó' antes de que se iniciara el partido. | J. Lladó

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La mañana de ayer en Son Moix recordó a esas jornadas dominicales de fúbol matinal que se vivían en el Lluís Sijtar cuando el Mallorca militó la última temporada en Segunda División. Todo acompañaba, el día, la temperatura y sobre todo el jugarse algo sobre el campo...y fuera de él.

Por este motivo los exteriores del Iberostar Estadi eran un hervidero hora y media antes de que arrancara el encuentro. A las diez y media de la mañana la explanada del Mallorcafé estaba a rebosar de aficionados en busca y captura de un trozo de 'coca de trampó' y una camiseta alusiva al partido contra el submarino amarillo. Es una de esas prendas que los hinchas persiguen con especial interés ya que quedan en el armario de la historia del mallorquinismo, como lo está por ejemplo el chubasquero de la final de Copa.

El trozo de 'coca de trampó' era un desayuno marca de la casa y sobre todo se convirtió en un desayuno con mensaje, con un mensaje muy claro y que la afición del Mallorca envió directamente al Villarreal como club. «Trampó per trampós» fue el lema que presidió la fiesta, que unió de nuevo al mallorquinismo de toda la Isla. Alguno con más cara de sueño que otro, pero todos con la ilusión de ver ganar a su equipo y, de paso, tratar de ayudar desde la grada a su equipo para que pudiera doblegar al Villarreal, hoy por hoy, un club que se ha convertido en un verdadero enemigo en lo deportivo e institucional.

Borja Valero fue uno de los que más recibió la ira de la afición desde la grada. El hecho de marcharse al Villarreal es comprensible, pero no que de un día a otro olvidara lo que costó conseguir una palza en la Europa League y que después manifestara su deseo de jugar con su nuevo equipo. «No ha sido lo más agradable escuchar lo que he escuchado. Me duele porque he pasado dos años muy agradables aquí y la gente está muy desinformada y tiene esa opinión. La gente está confundida», comentó el madrileño. En la grada fueron muchas las pancartas que se exhibieron en contra del Villarreal. La mayoría daban las gracias al Oporto por haber eliminado al conjunto amarillo de la Europa League. Y en el fondo norte se exhibió la más grande en la que se podía leer: «Un sentimiento como este nunca lo podréis comprar», en clara alusión a la denuncia que tramitó el Villarreal ante la UEFA para que se iniciara el expediente que acabó con el Mallorca expulsado de la Europa League.

Muchos equipos de la cantera de la Isla no se perdieron el partido y sus integrantes, además de desayunar de coca, se llevaron una camiseta conmemorativa con el lema que ya se ha hecho famoso de 'trampó per trampós'.

La iniciativa del club de poner a la venta 3.000 entradas a precios populares para los socios fue también un éxito ya que estas se agotaron en cuestión de horas y estos seguidores dieron todavía más color y calor a una grada, que ya de por sí ayer asistió al campo con enormes ganas de animar.

En la tribuna de sol más de un aficionado utilizó el paraguas, no para protegerse de la lluvia, sino para evitar que el sol calentarse en exceso la cabeza y es que en según qué momentos la temperatua en Son Moix fue muy caliente. Entre todos empujaron al equipo.