PALMA. FUTBOL. ENTRENAMIENTO DEL REAL MALLORCA EN LA CIUDAD DEPORTIVA DE SON BIBILONI. | Monserrat

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Llega el líder, el campeón, el denominado mejor equipo del mundo. De la historia para algunos. Un bloque sin apenas grietas, que juega de memoria... pero no invencible. El Real Mallorca se agarra a la esperanza y a un puñado de razones para soñar.

Para destruir el próximo sábado la máquina de precisión del Fútbol Club Barcelona, un 26-F que monopoliza todas las tertulias y que ha encendido las calderas del mallorquinismo.
El partido del año en Son Moix reúne todos los ingredientes y el grupo isleño se aferra a los tics de debilidad mostrados por el equipo azulgrana en las últimas semanas para inyectarse autoestima. También la epidemia de bajas que asola el vestuario catalán permite pensar en positivo. Guardiola, recién renovado, deberá estirar la plantilla para moldear un once de garantías. Claro que en la caseta de Can Barça hay mimbres para escoger.
Por el bando bermellón, el Mallorca se ha caracterizado en las últimas campañas en general, y en el presente campeonato en particular, por dar la cara ante los grandes, donde las ganas superan cualquier estimulación previa en la charla.


Son Moix, lleno


Otro aspecto que supondrá una velocidad más en la maquinaria local será la grada. Acostumbrado a jugar prácticamente en familia, con el cemento cubriendo buena parte de Son Moix, se espera que el estadio registre un lleno absoluto, con más de 22.500 espectadores. Y, para rematar este repóquer, el colegiado del encuentro es el madrileño Velasco Carballo... el mismo que fue testigo de la única derrota blaugrana en la presente Liga: 0-2 en su estadio ante el Hércules.


Si hay un momento de cierta debilidad del Barça, es ahora. El conjunto dirigido por Pep Guardiola ha pasado de ganar todos los partidos como visitante a no celebrar un triunfo en sus dos últimas salidas. En Gijón, logró empatar en el tramo final después de ir perdiendo y en el Emirates, en el partido de ida de los octavos de final de la Champions League, se dejó remontar ante un Arsenal que hurgó en la herida abierta en el centro de la defensa desde la lesión de Puyol.