Pierre Webó se lamenta en un lance del encuentro del lunes ante la Real Sociedad.

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Magullado todavía por el patinazo de Anoeta, el Mallorca empieza a divisar los picos de Europa de su agenda particular. Tras fracasar en su intento de adelantar a la Real Sociedad en la carrera por seguir la estela del tren que conduce a las competiciones continentales, los bermellones se adentran a partir de este fin de semana en el túnel más prolongado de su viaje por la Liga. Y es que, en apenas siete días, los de Laudrup definirán su inclinación ante Barcelona, Espanyol y Valencia. Unas oposiciones que medirán la capacidad de sacrificio de un grupo capaz de crecer varias tallas de golpe en función del enemigo que tenga delante.

Sin apenas tiempo para analizar y digerir la caída de San Sebastián al Mallorca se le presenta una gran oportunidad para darle lustre a su imagen coincidiendo con uno de los partidos más enrevesados del campeonato. Llega el Barcelona a Son Moix y aunque lo hace lastrado por las bajas de algunos de sus futbolistas más determinantes, el pulso que mantiene con el Madrid le obliga a multiplicarse con el apoyo de su fondo de armario. Los baleares, que cuentan con la agradable referencia de lo que ocurrió en la cita de la primera vuelta, pretenden avivar el fuego de la Liga con un resultado positivo para sus intereses, que revalorizaría además sus acciones de cara a la recta de meta de la campaña. De momento, es el único equipo junto al Hércules que ha logrado arrebatarle puntos en su propio terreno de juego y aunque los últimos resultados no resultan demasiado alentadores, el vestuario cree que es posible la campanada.

Primera parada

Pensando en esa primera parada por la cordillera del torneo, Laudrup espera recuperar la autoestima del grupo y formar un once competitivo para frenar a los de Guardiola. Sobre todo ahora que sus nombres más destacados se amontonan en el parte de bajas azulgrana. Con toda su columna vertebral dañada y un ojo pendiente del desenlace de su eliminatoria de la Liga de Campeones ante el Arsenal, el Mallorca se encuentra ante la posibilidad de atrapar alguno de esos puntos que no figuran en las previsiones de inicio de curso.

Pase lo que pase el sábado, el Mallorca tampoco tendrá demasiado tiempo para recrearse en el análisis del encuentro. Tres días después de recibir la visita del campeón de Liga, la formación isleña hará otra vez las maletas para desplazarse a Cornellà, donde le esperará un Espanyol ansioso por sellar cuanto antes el pasaporte para participar en la próxima edición de las competiciones europeas. Los pericos , que ya ganaron en Son Moix a mediados del pasado mes de octubre, se encuentran en su peor momento y han enganchado cuatro derrotas consecutivas (Villarreal, Almería, Madrid y Osasuna), pero cuentan con un arsenal importante que les ha llevado a dormir en las plantas altas de la clasificación durante buena parte del ejercicio. Además, han hecho de su estadio su mejor plataforma gracias a ocho victorias y son el sexto mejor local del torneo. Sólo los dos grandes aspirantes al título y el Villarreal han conseguido extraer algo positivo de allí.

Después de pasar por Cornellà el plazo de recuperación del equipo se extenderá un poco. Concretamente, hasta el sábado 5 de marzo, fecha marcada por la llegada a Palma del Valencia de Unai Emery en el que habitan los ex mallorquinistas Aritz Aduriz, Miquel Àngel Moyà y David Navarro. Como en el caso del Barça, el Mallorca conserva el agradable recuerdo del partido que escenificó hace unos meses en Mestalla. La actuación y los goles de Gonzalo Castro dispararon al conjunto de Son Moix y le devolvieron el entusiasmo. Ahora, el objetivo será repetir todo aquello ante un adversario que suele bajar enteros cuando llega a Ciutat y que ha caído en sus dos incursiones más recientes al Camí dels Reis.

Superados los picos de Europa se suavizará el grado de exigencia, al menos sobre el papel. Quedarán todavía once jornadas por delante y según lo que haya sucedido en esa fase de la competición tendrá que lanzarse a por uno u otro de los desafíos que ocupen en ese momento su carpeta de asuntos pendientes. Levante, Zaragoza, Deportivo, Sevilla, Málaga, Getafe, Racing, Villarreal, Hércules, Almería y Atlético de Madrid cerrarán una temporada rojilla a la que todavía le quedan múltiples alicientes por degustar.