El máximo accionista del Mallorca, Llorenç Serra Ferrer, anoche, a su salida del Iberostar Estadi.

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Descendido el telón del mercado de invierno, se extiende la sensación de que el Mallorca se ha debilitado. El club balear, que se sumergía en las últimas 24 horas del bazar con la necesidad de reforzar sus puntos flacos, acabó protagonizando un esperpento más propio de otros tiempos y, en lugar de fortalecerse, lo único que hizo fue perder efectivos por el camino. La entidad, que tenía prácticamente cerrada la contratación del delantero del Lillestrom Anthony Ujah no pudo inscribir finalmente al nigeriano ante la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y tendrá que afrontar la segunda vuelta del campeonato con los argumentos justos en ataque. Y todo ello, además, en un día en el que la SAD privó de su ficha a Ratinho para inscribir en su lugar al japonés Akihiro Ienaga y en el que no pudo desprenderse de Quique Corrales, que también seguirá en Son Moix hasta junio.

Superadas las doce de la noche el vicepresidente del club, Serra Ferrer, atendió a los medios de comunicación para manifestar que no había firmado al delantero que pidió Laudrup porque su club de origen, el Lillestrom, había cambido las condiciones iniciales. «Habíamos intercambiado correos, existía un acuerdo y cuando todos pensábamos que el final de la negociación sería normal, no hemos podido aceptar sus últimas condiciones y el jugador no fichará por el Mallorca», manifestó Serra. El vicepresidente añadió al respecto que «llevábamos un par de días negociando por Ujah, cuando ya teníamos pactadas las condiciones al final no ha habido acuerdo con el club. Los administradores han estado aquí, habían autorizado la operación pero el Lillestrom ha cambiado continuamente las condiciones del traspaso. Primero ha pedido unos avales, luego unos intereses de demora exagerados y al final no hemos podido aceptarlas», comentó. La curiosidad de la noche fue cómo el jugador nigeriano bajó corriendo de las oficinas por la rampa que da acceso al párking de autoridades manifestando que «tenía que irse a cenar». La cara del vicepresidente denotaba enfado, cansancio por haber negociado todo el día y además era consciente de que no se había cubierto con una necesidad imperiosa, la de reforzar la delantera. En definitiva, todo salió mal. «Tenemos a Aki, que es un buen jugador y que refuerza esta posición atacante», comentó.

Serra explicó también que Chori Castro rechazó una oferta millonaria para él y para el club. «El Mallorca ingresaba cuatro millones de euros y el jugador uno y medio limpios y cuatro años de contrato y al final nos ha dicho que no le interesaba. Hay que aceptarlo, no queda más remedio», comentó el vicepresidente. En los mismos términos, el responsable deportivo del club informó que Corrales tampoco se marchó rechazando una buena oferta económica y cuando todas las negociaciones estaban avanzadas. Serra finalizó explicando que «estoy decepcionado, contento no me voy a casa esta noche», pero hacía un análisis de cómo queda la plantilla: «no hemos tocado la estructura del grupo, arriba es cierto que queríamos otro delantero, hemos hecho todo lo que hemos podido pero lo que ha pasado no lo había visto nunca».

Culpas

«Existía un acuerdo y cuando todo parecía que el final de la negociación sería normal, el Lillestrom ha querido imponer nuevas condiciones que consideramos inaceptables», explicó Serra Ferrer.

El club balear afrontará el resto de la temporada con los delanteros con los que empezó la Liga, es decir el camerunés Pierre Webó y los baleares Víctor Casadesús -que no juega por lesión- y Sergi Enrich, ya que el argentino Fernando Cavenaghi se ha marchado al Internacional de Porto Alegre brasileño.

El Mallorca ha inscrito en la Liga al japonés Akihiro Ienaga, un media punta, en la plaza de extra comunitario que hasta ahora ocupa el brasileño Ratinho, y es el único refuerzo con el que contará Laudrup.