Serra Ferrer, accionista mayoritario del Real Mallorca. | Monserrat

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O Llorenç Serra Ferrer es un genio o Fernando Pons Niza era un desastre. El «nuevo» Mallorca, donde el gasto de cada euro es analizado bajo lupa, está obtenido resultados deportivos prácticamente idénticos -o incluso superiores- a los registrados durante los años de lujo y excesos. Los números son contundentes. Con un presupuesto que apenas alcanza los 35 millones de euros, Laudrup ha cerrado la primera vuelta de la Liga con 27 puntos, una cifra superior a la registrada durante la temporada 07/08 (22 puntos) y en la que los gastos se dispararon hasta los 53 millones.

La actual cosecha labrada por un equipo formado a base de futbolistas contrastados y un buen puñado de canteranos es inferior a la obtenida la campaña anterior al final del primer trayecto (34 puntos), aunque también es cierto que el coste salarial es notablemente inferior: 8 millones de euros. Eso si, en la comparativa inversión/rendimiento con los cursos 07/08 y 08/09, el triunfo del actual equipo de gestión es demoledor. Porque este plantel cuesta 12 millones menos que el que integraban Dani Güiza, Scaloni, Héctor, Ibagaza, Juan Arango, Basinas Jonas Gutiérrez o Fernando Navarro y su rendimiento deportivo está siendo incluso superior.

El trabajo de Serra Ferrer también sale enormemente reforzado en la comparación con la temporada 08/09, la que desató una guerra civil sin precedentes y que originó la dimisión de Vicenç Joan Grande i Garau y el posterior regreso de Mateu Alemany Font. Esa temporada, el Mallorca acabó la primera vuelta enterrado en puestos de descenso y con 14 puntos en la cuenta corriente. Este año, el equipo bermellón prácticamente ha duplicado su productividad (13 puntos más) y la diferencia del coste salarial es de 10'5 millones de euros.

Otro aspecto a tener en cuenta es el importante rejuvenecimiento que ha experimentado el plantel profesional en comparación con otras temporadas (se ha bajado la media de edad) y el papel que ha asumido la gente de la casa. Es indiscutible que el Mallorca mira ahora hacia Son Bibiloni y que ha conseguido revalorizar futbolistas. Jugadores como Emilio Nsue, Michael Pereira, Jonathan de Guzman, Kevin García o el propio Iván Ramis se han convertido en activos importantes para un club inmerso de lleno en concurso de acreedores.