El defensa del Mallorca Kevin García Martínez protesta en el suelo del campo ante una decisión arbirtral durante el encuentro. | Efe

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R.C.D. Mallorca Mallorca 0

R.C.D. Espanyol Espanyol 1

Primera División | Jornada 7 | 17/10/2010 17:00 | Final

Mallorca 0 - 1 Espanyol

Mallorca: Aouate; Ratinho, Ramis, Martí Crespi, Kevin; Nsue (Pereira, min, 57), Martí, De Guzmán, Castro; Víctor (Webó, min. 57) y Cavenaghi (Sergi Enrich, min. 75).

Espanyol: Alvarez; Chica, Forlín, Ruiz, D. García; Duscher, Márquez (Baena, min. 74); Luis García, Verdú (Javi López, min. 87) Callejón (Vázquez, min. 67); Osvaldo.

Goles: 0-1, min. 31: Luis García, de penalti.

Àrbitro: Iglesias Villanueva (comité gallego). Expulsó con tarjeta roja directa a Osvaldo, del Espanyol en el minuto 35 de la primera parte. Amonestó a Luis García, Kevin, Callejón, Martí, Martí Crespí, Duscher.

Apartado de la carga extra de motivación que esparció el Mallorca hace quince días en el Camp Nou, el grupo de Laudrup se desplomó en la peor función del campeonato en su centro de operaciones. Plomizo y pesado, la escuadra balear abandonó Son Moix con la cabeza gacha y viendo cómo los tres puntos se iban por el desagüe del partido, por primera vez en el presente curso; mientras el Espanyol festejaba su primer triunfo foráneo que enterraba más de una década de frustraciones en la Isla. Desde 1999, también en Son Moix, no vencía en Palma. Con un futbolista menos durante una hora, el conjunto blanquiazul ofreció un recital que no desembocó en goleada por la estelar actuación de Aouate (0-1).

Con todas las piezas activas -a excepción de Nunes- Laudrup respetó a los héroes del Camp Nou y mantuvo los galones de Martí Crespí y Kevin.

Arrancó el Mallorca con brío y a los cinco minutos ya había provocado los primeros aplausos. Lamentablemente, resultó un espejismo. La primera llegada, un buen servicio de Castro que Víctor, en posición muy dudosa, remató a la red. El gallego Iglesias Villanueva, que no acertó en ninguna de las decisiones importantes, anuló el tanto. De inmediato, una mala salida de Cristian Alvarez, acabó con un chut de Nsue desde fuera del área y un despeje de Víctor Ruiz, con el meta espanyolista vencido.

Pero el Espanyol no se amilanó. Todo lo contrario. Se fajó con fe y se puso a repartir las cartas con criterio apoyado en su tridente de lujo: Verdú, Callejón y Luis García. Esta propuesta convirtió la tarde en un bonito duelo de ida y vuelta, una catarata de ocasiones que agradeció una hinchada a refugio por la lluvia.

El Mallorca intentaba marcar la pauta, pero el Espanyol había salido respondón. Márquez y Duscher distribuían y robaban ante De Guzman-Martí, que sacaron la bandera blanca. Entre líneas, la movilidad de Verdú, Callejón y Luis García volvía loca a toda la defensa isleña, que tiritaba con cada avance visitante.

Primero, con un balón colgado que se paseó por las narices de Aouate con tres blanquiazules al remate. Y, segundo, con un remate de Callejón que Ratinho sacó bajo palos. Era el primer cuarto de hora.

El Mallorca asumió de nuevo los mandos con dos minutos de vértigo que abrió un disparo de Nsue a las manos de Cristian y culminó Cavenaghi con una chilena fuera. Quizás se precipitó el argentino porque, totalmente solo, hubiera podido parar y darse la vuelta. Ahí pudo estar el partido porque del posible 1-0 se pasó en un minuto al 0-1. Luis García se marchó de Kevin, el mallorquín picó al anzuelo que le lanzó un veterano y, justo sobre la línea, éste cayó fulminado... El árbitro señaló el penalti, bien forzado por el asturiano, y el ex mallorquinista marcó con solvencia (min. 30). Era el primer gol que encajaba el Mallorca en casa en los últimos cinco meses.

Dos minutos más tarde, quizás para compensar, el colegiado expulsó a Osvaldo tras un salto con Martí Crespí en un salto. Era el minuto 34 y quedaba una hora por delante. La superioridad, extrañamente, provocó un cortocircuito local que envalentonó al bloque de Pochettino. De ahí al final del duelo, la mejor oportunidad rojilla fue un mal despeje del central Víctor Ruiz que taponó bien el meta visitante. Y fue en el tramo final del primer acto.

Tras el descanso, el Espanyol pasó por encima. Hasta cinco ocasiones claras abortó Aouate (Callejón, Chica, Verdú, Alvaro, otra vez Verdú...) y Kevin despejó un balón sobre la línea. Del Mallorca apenas hubo noticias. No supo manejar su superioridad. Nadie se atrevió a encarar. Todo se fió a los centros laterales, a jugadas previsibles, mientras el rival daba una lección a la contra con la velocidad de Callejón, la pausa de Verdú y la garra de Luis García. Ni Pereira, ni Webó ni Sergi, que entró por Cavenaghi -el argentino, muy alejado del área, vivió otra tarde plomiza- alteraron el guión de un partido que Dudú Aouate mantuvo vivo hasta el final. El grupo de Laudrup echó el lazó sin rematar ni una vez a puerta en todo el segundo tiempo... De pena.