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En la pizarra de Son Bibiloni siguen las reglas que impone el libro de estilo de Michael Laudrup, pero al salir del terreno de juego es la Biblia quien marca el camino a seguir. Los brasileños del Real Mallorca Edson Ramos 'Ratinho' y Joao Victor, son miembros de la Iglesia Evangélica y tienen precisamente en el Evangelio la hoja de ruta que guía sus vidas.

Ultima Hora compartió con ambos futbolistas una visita al Centre Cristià de Mallorca, donde se encuentra la Iglesia Evangélica a la que acuden semanalmente para aprender e interpretar las Sagradas Escrituras. Como otros futbolistas brasileños -sin ir más lejos Kaká- Ratinho y Joao Victor son fervientes seguidores de esta Iglesia que difiere de la Católica en la no creencia en símbolos como el Papa y todo lo que representa. Incluso en su Cruz no está Jesús crucificado «porque él resucitó y no está ya clavado en las maderas», subrayan.

La visita se realiza junto a dos de los nuevos amigos que los futbolistas tienen en Mallorca y que forman parte de su Iglesia, Israel y Faver. Sobre cómo influyen los preceptos de su religión en el fútbol ambos deportistas explican que ellos nunca harían daño a un rival por pura maldad. «Sabemos que el fútbol es un deporte de contacto y que en un momento dado puedes hacer daño a un rival por una lucha por el balón, pero de ahí a ir con maldad o mala fe a por un contrario eso no lo hace ninguno de los futbolistas que como nosotros cree en los preceptos de esta Iglesia. No podemos en la calle ser de una forma con nuestro prójimo y en el campo de otra manera», explican los jugadores.

Rivaldo así se lo aconsejó cuando aceptó ser su mentor y representarlos. «Nos dijo que no podemos estar hablando de Jesús en la calle y luego en el campo ir a por un rival a lesionarle y a hacerle daño, eso no es razonable, al menos para nosotros», aseguran ambos. «Rivaldo nos dijo que si en algún momento tenemos un mal pensamiento, recordemos que hay un Espíritu Santo que guía nuestras vidas y que pensemos si lo que vamos a hacer está bien o mal», dijeron.

Y es que los dos futbolistas están totalmente convencidos de que su fe en Dios ha sido fundamental para poder llegar a ser jugadores profesionales y siguen alimentando esta misma fe diariamente para seguir creciendo como deportistas y como personas. «Damos gracias por poder estar en el Real Mallorca y en esta Isla. Cada vez que salimos a jugar un partido rezamos y pedimos salud para nuestros compañeros y para nosotros mismos. En todo momento seguimos el precepto de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos», sentencian los futbolistas.

Ratinho y Joao Victor llegaron a la Isla procedentes del fútbol uzbeko. Ahí la religión musulmana no les daba la libertad que tienen aquí en España para poder exteriorizar sus creencias. «A los extranjeros nos daban un poco más de margen, pero poco más. El culto debíamos hacerlo en casa, no en una Iglesia como aquí», comenta Ratinho.

Para el centrocampista el pasaje bíblico con el que se siente más identificado está localizado en el Nuevo Testamento, en el Evangelio según San Mateo. Tiene que ver con la familia y concretamente con el matrimonio. Él es un firme creyente de la unión entre un hombre y una mujer. «De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios unió no lo separe el hombre», cita Joao Víctor ante los redactores de este periódico. Tanto él como Ratinho se han integrado muy bien en el club y en la Iglesia que visitan situada muy cerca del Coliseo Balear. «Hay gente de más de treinta nacionalidades, disponemos de un grupo de traductores para poder seguir el culto sin problemas. La música y las canciones son muy agradables y la gente que vamos conociendo hace que todo sea más sencillo», comentan.

Israel es quien guía la visita y les ayuda con el castellano. Pese al poco tiempo que llevan en la Isla se les entiende francamente bien, lo que indica que están haciendo mucho para poder intergrarse rápidamente a su nuevo entorno. Poco a poco ya son conocidos como futbolistas del Mallorca, ayer quisieron acercar a los lectores de este periódico su otra faceta, la más personal.