Michael Laudrup el día de su presentación como técnico del Mallorca. | Montserrat T. Diez

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Llorenç Serra Ferrer continúa en pleno proceso de construir el club a su imagen y semejanza. Mañana se cumplirá una semana desde que el técnico de sa Pobla y Mateu Alemany oficializaron la venta de la SAD Balear y tras la confirmación de Michael Laudrup como entrenador del primer equipo, el trabajo se centra en confeccionar la plantilla y busca también a un presidente. En estos momentos es el empresario Miquel Vaquer quien ostenga este cargo en su vertiende institucional, pero Serra prevé introducir cambios y medita si ser él quien ocupe dicha posición o decantarse por otros dos candidatos que apoyan su proyecto como son Jaume Cladera y Josep Pons Irazazábal.

Esta es una de las incógnitas que se resolverá en los próximos días junto al futuro de un elevado puñado de futbolistas que hoy por hoy no tienen nada clara su continuidad en el club.

En el caso de la presidencia, si finalmente ésta recae en la figura de Serra, el de sa Pobla ocuparía dos de los cargos más importantes en las institución, el de mánager general y presidente.

La conveniencia o no de que una sola persona ocupe estas dos posiciones en el club es lo que se está barajando y ahí es donde entran a jugar un papel clave Cladera y Pons.

Tanto el ex conseller de Turisme como el diplomático, son amigos personales de Serra y tanto uno como otro reúnen las características que el pobler quiere para la presidencia del Real Mallorca y que pasa por ayudar al máximo en la difícil tarea de volver a situar al club en el lugar que le toca en la sociedad.

Serra está muy centrado en el apartado deportivo, pero no quiere dejar al margen el factor de recuperar los valores que siempre ha caracterizado al mallorquinismo y que estos últimos cinco años se han perdido.

Llorenç busca que toda la Isla se identifique con su proyeto y por esto la elección del futuro presidente es una decisión clave.