Joan Aguiló, a la izquierda, junto a Luis Huerta, secretario consejero del Mallorca, durante una reunión de la Comunidad de Copropietarios del Sitjar.

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Un grupo de empresarios locales está trazando un plan para comprar el Real Mallorca. De momento, esta sociedad trabaja en silencio, pero ya tienen definida su estrategia e incluso a su cabeza visible. Han ofrecido una hipotética presidencia del club a Joan Aguiló, presidente de los copropietarios del Lluís Sitjar, una propuesta que de momento ha sido rechazada. El propio Aguiló confirmó anoche a este periódico la oferta de este grupo inversor. «Ahora mi único objetivo es velar por los intereses de los copropietarios. Es cierto que me ofrecieron la presidencia del Mallorca, pero la he rechazado», aseguró Aguiló.
Aunque el proyecto se encuentra todavía en su fase embrionaria, los interesados tienen definida su estrategia. No quieren que la transacción de las acciones genere ninguna plusvalía para el actual propietario y esperan que Mateu Alemany inste el concurso de acreedores para dar un paso al frente y mover pieza.
Este grupo estaría dispuesto a inyectar el capital que necesita el club para afrontar con garantías la próxima temporada, una inversión que sufrirá una reducción notable en cuanto la actual propiedad inste el concurso de acreedores.
Grupos extranjeros
Asimismo, el futuro proyecto, independientemente de que Mateu Alemany logre vender o no el club, pasa por aplicar un plan de viabilidad y la autogestión. El presupuesto sufrirá una reducción drástica y tanto los empleados como los jugadores deberán adaptarse a los nuevos tiempos.
El inminente concurso de acreedores que instará el Mallorca en las próximas semanas atrae a grupos inversores extranjeros. En las últimas fechas, al menos cuatro representantes de diversas sociedades han contactado con Mateu Alemany para interesarse por la situación financiera del club.
Desde hace más de dos temporadas, la venta del Mallorca ha generado una porción notable de la actualidad de la entidad. Por la pasarela mediática han desfilado personajes de todo tipo, algunos con más seriedad que otros. Algunos con más afán de protagonismo que otros.
Desde Paul Davidson hasta la familia Martí Mingarro, pasando por supuestos compradores árabes o austríacos. Alemany negoció también la compra del club balear con Llorenç Serra Ferrer. El técnico pobler era la cabeza visible de un grupo de empresarios mallorquines que pujó por adquirir el paquete accionarial. Sin embargo, las negociaciones no llegaron a buen puerto y Mateu Alemany alcanzó entonces un preacuerdo con el empresario tinerfeño Carlos González, que tampoco desembocó en nada. Ahora, en el horizonte vuelve a aparecer un grupo de empresarios locales que de momento no quieren darse a conocer, pero que ya están trazando las líneas maestras del futuro Mallorca.