El propietario del Real Mallorca, Mateu Alemany, durante una reciente rueda de prensa. | Monserrat

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Mateu Alemany no agotará el plazo que le otorga la Ley y adelantará el concurso de acreedores. El propietario del Real Mallorca, que el pasado 3 de febrero comunicó al juez la insolvencia del club, tiene previsto instar la antigua suspensión de pagos de la entidad el próximo mes de abril, sin apurar los 90 días de plazo ni la prórroga de un mes que le concede la reforma de la Ley Concursal de marzo de 2009. El plazo real de esta travesía pre concursal concluye a comienzos de junio, pero los acontecimientos pueden precipitarse en apenas cuatro semanas.
Desde que recuperó el mando de la SAD balear, Alemany trabaja para intentar alcanzar un acuerdo con los principales acreedores de un club que arrastra una deuda cercana a los 50 millones de euros y que ya divisa el concurso.
Mateu Alemany se ha fijado como meta alcanzar un acuerdo con los principales acreedores para salir airoso del concurso y reducir drásticamente la deuda actual. Para ello, el propietario del Mallorca necesita convencer a, al menos, el 50% de los acreedores. Si logra obtener el respaldo del grueso principal de sus reclamantes, las arcas de la entidad bermellona experimentarán una notable mejoría. En ese caso, la deuda quedaría reducida a la mitad. Los principales acreedores del club balear son la Agencia Tributaria, con una deuda cercana a los 20 millones de euros, y los futbolistas de la primera plantilla. Alemany se encuentra inmerso en plenas negociaciones con los jugadores, a título individual, para intentar llegar a un acuerdo. Las conversaciones ya se iniciaron hace algunas semanas y son varios los jugadores que han desfilado por la planta noble de Son Moix para conocer de primera mano las intenciones de la entidad. No obstante, a aquellos que no estén de acuerdo y no entren en los nuevos parámetros deportivo y económicos, recibirán facilidades para obtener la carta de libertad.
Una vez inmerso en el concurso de acreedores, los trabajadores del club cobrarán de forma puntual todos los meses. En el caso de los futbolistas, la situación cambia. Sólo una parte de los salarios que se les adeuden deberán ser satisfecha a corto plazo (la correspondientes a sus contratos federativos) mientras que el resto se considerará deuda ordinaria y tendrá que ser negociada junto con el resto de pagos que tenga que hacer el club, un proceso que podría dilatarse durante algunos años. En este sentido, conviene destacar que una vez que los administradores elaboran el informe sobre el estado de la empresa -puede llevarse a cabo en el plazo aproximado de un año- se firma un convenio con los acreedores en cuanto a las condiciones de cobro. El mismo puede suponer ya la reducción de la deuda total en un cincuenta por ciento.