Federer y Djokovic se saludan antes de su partido en las Finales ATP de Londres. | TOBY MELVILLE

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El suizo Roger Federer jugó de forma espectacular y venció al serbio Novak Djokovic, por 6-4 y 6-3 en 72 minutos , y se clasificó para la penúltima ronda de las Finales ATP que se disputan en Londres, un resultado que propicia que el español Rafael Nadal acabe la temporada como número uno del mundo por quinta vez.

Djokovic necesitaba ganar el torneo por sexta vez para arrebatar a Nadal esa posibilidad. Al perder tampoco podrá igualar los seis títulos de Federer, hombre récord en este evento.

De esta forma, gane o pierda Nadal este viernes contra el griego Stefanos Tsitsipas, se clasifique o no para las semifinales, acabará la temporada en ese puesto por quinta vez (2008, 2010, 2013 y 2017) igualando a Jimmy Connors, al propio Federer, a 'Nole' y detrás de Sampras.

Nadal necesita ganar al jugador griego y que luego el alemán Alexander Zverev derrote al ruso Daniil Medvedev para lograr las semifinales. De darse las dos circunstancias, Nadal pasaría como primero del grupo Andre Agassi y se enfrentaría contra Federer por un puesto en la final del domingo.

El suizo lo bordó en el primer set en el que estuvo magistral al resto, con ocho saques directos. El último de ellos para cerrar el parcial en 35 minutos, en los que desbordó a Djokovic con su velocidad de juego.

Nadie quiso perderse este duelo, el segundo con mayores enfrentamientos en la historia del tenis, todavía favorable al serbio por 26-23, y 20.000 espectadores abarrotaron el O2 para presenciar el espectáculo.

Y el público vibró desde el primer punto, jadeando descaradamente los tantos del suizo, sus saques directos y sus restos demoledores.

Federer lo tuvo claro desde el principio y optó por aplicar la ley del mínimo esfuerzo pero con contundencia. A sus 38 años no le conviene desgastarse en intercambios demasiado largos que le agotan después. Dosifica sus acciones, arriesga en las subidas poniendo nerviosos a sus rivales, y machaca con un saque certero.

Djokovic pagó caro su falta de plan B. Se atrincheró en el fondo como acostumbra, y como el día contra Thiem terminó sin ideas.

El suizo se vengó así de su derrota ante Djokovic en la final de Wimbledon este 14 de julio. Allí perdió un título que tenía ganado cuando dispuso de dos oportunidades en la que se convirtió en la final más larga en la historia del torneo con cuatro horas y 57 minutos y que supuso el quinto Wimbledon de Djokovic y su 16º Grand Slam.

Federer liquidó el encuentro con 12 saques directos, y una escalofriante cifra de 5 errores no forzados en todo el encuentro, en el que conectó 23 golpes ganadores, y en el que no cedió su saque ni una sola vez, rompiendo el de su rival en dos ocasiones.

Esta vez, a diferencia de Wimbledon, sentenció con aplomo y sin dudas. Y disputará por 16º vez las semifinales, en 17 participaciones.