Gráfica de la previa del partido que enfrentará a Rafael Nadal y a Dominic Thiem. | Efe

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Tres años después Rafael Nadal vuelve a jugarse el pase a la final de Roland Garros. El sueño de la ‘Décima’ está a dos pasos y el primero plantea este viernes (no antes de las 15:30/Cuatro y Eurosport) un gran desafío para el zurdo de Manacor ante el aspirante de la nueva generación, Dominic Thiem, en un encuentro que sitúa frente a frente al rey de la tierra con el segundo mejor jugador del año en la superficie. Un duelo generacional que incluso desprende aroma de final anticipada.

El zurdo de Manacor quiere dar este viernes el gran paso. Afronta el pulso por la final sin haber tenido que superar un choque de máxima exigencia y esta cita le obliga a elevar su nivel de forma brusca, aunque tiene el aval de haber rendido a un nivel óptimo hasta la fecha.

La parte positiva es que llega muy fresco, ya que ha estado ocho horas sobre la pista y solo ha cedido 22 juegos, por lo que el desgaste en el apartado físico es escaso para Nadal, que llega con la maquinaria bien engrasada. Las fuerzas andan parejas con Thiem, que a sus 23 años, tiene un físico envidiable e, igual que Nadal, encara el choque pleno de confianza después de su contundente victoria sobre Novak Djokovic.

Nadal tiene entre ceja y ceja levantar de nuevo la Copa de los Mosqueteros y persigue su 22ª final de un grande dispuesto a exprimir todo su arsenal en la Philippe Chatrier, donde se espera un espectacular pulso de derechas. El plan de juego del manacorí pasa por imponer su ‘drive’, mantener un ritmo alto, presionar a su adversario con mucha intensidad, hacerle golpear en posiciones incómodas y tener el equilibrio necesario entre la agresividad y la paciencia. Nadal, que quiere dar continuidad a su buen rendimiento con el saque y castigar el revés a una mano de Thiem con bolas altas, espera un partido en el que el austríaco se muestre agresivo y trate de meterse en la pista para hacer valer la potencia que nace en la fortaleza de su tren inferior.

Los dos están preparados para una dura batalla que se resolverá al mejor de cinco sets, una circunstancia que también concede margen de error y la posibilidad de reaccionar tras una fase de superioridad del rival o un bajón momentáneo. Y en este aspecto a cualquiera se le tiene que hacer muy cuesta arriba tener que ganarle tres mangas al rey de la tierra batida. Sobre arcilla han sido los mejores del año con ventaja de Nadal, que ha ganado 22 de los 23 partidos en la superficie roja.