Rafael Nadal celebra la victoria sobre Bautista. | Reuters

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Rafael Nadal luchará este domingo por ganar su cuarto título en el Mutua Madrid Open contra uno de los jugadores que más ha evolucionado en tierra últimamente, el japonés Kei Nishikori, campeón en Barcelona y capaz de derrotar a David Ferrer en semifinales en un extenuante duelo en el que el de Javea salvó nueve bolas de partido.

La experiencia en estas rondas en un Masters 1000 (53 veces) colocó a Nadal en su primer final en la tierra batida europea al derrotar a Roberto Bautista Agut, por 6-4 y 6-3, en una hora y 43 minutos. Nishikori levantó un 2-5 en el primer set para vencer a Ferrer, por 7-6 (5), 5-7 y 6-3 en dos horas y 55 minutos a la décima oportunidad.

Una final entre los dos españoles hubiera sido el mejor regalo para Manolo Santana, director del torneo, que este sábado cumplió 76 años, y que como es tradicional cada temporada en su aniversario, recibió una tarta de felicitación en la pista que lleva su nombre.

Pero Nishikori cambió el guión previsto. El tenista de Shimane se convertirá en el primer japonés de la historia en entrar entre los diez primeros este próximo lunes, y sucederá al tailandés Paradorn Srichaphan, como primer asiático en ese grupo desde el 29 de marzo de 2004.

Se lo ha ganado a pulso el japonés, ganador este año del torneo de Memphis, semifinalista en Brisbane, y en Miami, donde derrotó al búlgaro Grigor Dimitrov, a Ferrer y al suizo Roger Federer, y luego fue campeón en Barcelona, donde empezó su carrera en tierra que este sábado redondeó con la décima victoria consecutiva en esta superficie en lo que va de temporada.

Nadal le puso la señal de alto en Roland Garros el pasado año al vencerle en octavos (6-4, 6-1 y 6-3), en el único enfrentamiento sobre tierra batida de los seis precedentes a la final de mañana, todos ganados por el español, que sólo ha cedido un set contra él, en el primero de ellos, sobre la hierba de Queen's en 2008.

Le entrena su compatriota Michael Chang, campeón de Roland Garros en 1989, aunque en Madrid le suple el argentino Dante Bottini, con quien coincidió en la academia de Nick Bolletieri en Bradenton (Florida) donde Nishikori se formó.

Sus lumbares volvieron a ser tratadas este sábado en pista por el fisio del torneo en varias ocasiones, como le sucedió el viernes en su encuentro contra Feliciano López, pero también en esta ocasión el japonés volvió a aguantar y pudo cerrar la contienda antes de no haber sido por un milagroso saque directo de Ferrer, el sexto, salvando una bola de partido en el décimo juego del segundo parcial.

Fue un triunfo extenuante, con Ferrer luchando hasta el último punto, con un noveno juego final de casi 20 minutos, en el que David salvó nueve bolas de partido, una de ellas con doble falta del japonés, en el que al grito de "sí se puede, sí se puede" del público español, Ferrer se agarró con uñas y dientes, pero no pudo salvarlo.

La lucha por el título madrileño tiene muchas connotaciones. Supone la primera final en tierra en Europa para un hombre que solo ha perdido seis de ellas en toda su carrera, Nadal, que se enfrenta además contra un revolucionario japonés que hasta este año solo brillaba en pista dura.

El español ganó el pasado año al derrotar en el último encuentro al suizo Stanislas Wawrinka, y se presenta en la sexta final en Madrid sin ceder un set. De obtener el título mañana, sería el primero en ganarlo cuatro veces, deshaciendo el empate a tres con el suizo Roger Federer, y además se convertiría en el primero en defenderlo con éxito, rompiendo la negativa tradición que ha marcado a todos los campeones en los 13 años de historia de este torneo.

La inexperiencia de Bautista, que competía por primera vez en una ronda de un torneo como este, le pasó factura en los primeros minutos del encuentro, donde Nadal jugó a su antojo marcando el ritmo con sus latigazos de derecha.

Pero poco tardó el verdugo del colombiano Santiago Giraldo en sobreponerse, sacarse de encima la ansiedad y tras remontar un 3-1 disponer luego de cuatro oportunidades de marcar el 4-3 con su saque.

Ahí pudo variar el signo del encuentro pero fue ahí donde Rafa se aplicó al máximo para llevar a cabo su habitual castigo de desgaste y anotarse después el primer set en 51 minutos, eso si recibiendo como en casi todos los partidos esta semana, una advertencia por exceso del tiempo al servicio.

Con la tranquilidad de romper de entrada el servicio de su rival en el segundo set, Nadal fue aplicando poco a poco su letal juego de de fondo, castigando el revés de Bautista y minando sus oportunidades.

Descolocado y sin apenas mordiente, el de Castellón asistió a una gran exhibición de Nadal, abortada en el quinto juego del segundo parcial (4-1) en una reacción "in extremis", cuando logró enviar dos derechazos a la línea, después de haber encajado seis juegos consecutivos, y en una rotura a continuación, cuando Nadal jugó algo defensivo (4-2) para insistir ante lo que parecía un milagro (4-3).

Pero Nadal no concedió más oportunidades y tras ese "lapsus" recuperó su zona en la pista, y aunque Bautista luchó sin tregua, no pudo impedir la victoria de Nadal que estará de nuevo en la final de un Masters 1000, la 39 de su carrera, de las que ha ganado 26.