El 'manacorí' Rafael Nadal celebra su victoria en el Abierto de Brasil. | Reuters

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El español Rafael Nadal, con algunos destellos de su mejor juego, ha vuelto a saborear el éxito hoy con su victoria en la final del Abierto de Brasil ante el argentino David Nalbandian por 6-2 y 6-3.

«Espero que esto sea el inicio de un buen comienzo», declaró el tenista español tras recibir un trofeo que coronó «una semana muy bonita» y que dedicó a las personas que le han acompañado en «estos tiempos complicados», entre quien estaba su padre, Sebastián Nadal, quien no logró contener unas lágrimas tras el triunfo.

El mallorquín no ganaba un título desde junio pasado, cuando alzó a los 26 años su séptimo trofeo de Roland Garros e hizo historia en el torneo francés.

Un mes después, cuando era el tercer mejor jugador del mundo, una lesión en el tendón rotuliano de la rodilla izquierda le dejó fuera de los Juegos Olímpicos de Londres, en los que iba a ser abanderado de la delegación española.

Sin jugar, perdió posiciones en la clasificación de la ATP, pero pese a su larga ausencia se mantuvo como número cinco del mundo, hoy sólo por debajo del serbio Novak Djokovic, el suizo Roger Federer, el británico Andy Murray y el español David Ferrer.

En esa posición llegó hace quince días al torneo ATP de Viña del Mar (Chile), que supuso su reencuentro con el tenis después de siete meses de inactividad.

Jugó aún con ciertas limitaciones físicas, ligeras molestias en la rodilla y sobre todo con una clara falta de ritmo y precisión, que sólo se adquieren con la continuidad y los torneos.

Aún así alcanzó la final, en la que perdió frente al argentino Horacio Zeballos, quien le derrotó por 6-7 (2), 7-6 (6) y 6-4 en un durísimo partido.

Esta semana volvió a jugar, ya en el Abierto de Sao Paulo, y su primer partido fue en el torneo de dobles, precisamente con David Nalbandian, con quien derrotó en la primera ronda a los españoles Pablo Andujar y Guillermo García López.

Tras ese primer compromiso, ambos abandonaron el torneo de dobles a fin de reservar fuerzas para el individual y hoy jugaron una final «entre amigos» que acabó venciendo el tenista balear.

Según dijo hoy, el escenario del tenis mundial es actualmente «el mismo» que cuando se vio obligado a parar, en junio pasado, aunque apuntó que ahora está faltando él.

Aclaró, sin embargo, que ahora mismo pensar en que puede volver a ser el número uno del mundo, como lo fue durante 102 semanas hasta el 6 de junio de 2011, «no es un objetivo real».

Su meta inmediata, según explicó en Sao Paulo, es «poder entrenar y competir sin limitaciones», pues eso es lo que le hace «realmente feliz».

La victoria frente a Nalbandian, quien, aunque hoy se sitúa en el puesto 93 de las listas de la ATP es un tenista experimentado que estuvo en el «top ten» entre 2003 y 2007, demuestra que ha comenzado el camino de retorno a su mejor nivel.

Todavía tendrá que probarse contra los grandes del momento, como Djokovic, Federer, Murray y Ferrer, pero Rafael Nadal ha empezado a volver.