Nadal ha regresado a lo grande. Pese a que el mallorquín siempre dijo que no iba a poner ninguna meta en su vuelta a la competición, parece que las rodillas le están respondiendo bien y ha conseguido meterse en su primera final del año. Tras perderse el mes de enero por un virus estomacal, lo que le conllevó no estar presente en el Abierto de Australia, ahora Nadal puede resarcirse levantando su primer trofeo.
El balear llevaba muchos años sin realizar la gira sudamericana y los chilenos tenían ganas de ver a un gran Nadal. Y no se quedaron descontentos, ya que disputará el título tras apear en semifinales a Chardy. Una vez más, el número cinco del mundo demostró que no tiene rival sobre tierra batida y venció fácilmente por un doble 6-2.
Pese a ello, Nadal no se encontró demasiado cómodo. El mallorquín cometía demasiados errores no forzados, sobre todo con su servicio, terminando con tres dobles faltas, registro poco habitual en él, y facilitando cinco bolas de 'break'. Sin embargo, en los momentos clave, volvió a demostrar que sigue siendo el de siempre y mantuvo los nervios para no ceder su servicio en ningún momento del partido.
Así, tras el 6-2 del primer set, Chardy se deshizo, aunque intentó pelear hasta el final. El francés siguió presionando el servicio de un Nadal que continuaba demasiado errático, pero no pudo hacer nada ante el potencial del mallorquín, que se volvió a imponer por 6-2.
En la final, Nadal tendrá que verse las caras con el argentino Horacio Zeballos, que se ganó el pase a la final tras vencer en semifinales a su compatriota Carlos Berlocq (6-3, 7-6 (4)).
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