Rafa Nadal ha entrando junto con su tío, Toni Nadal, en Manacor. | Jaume Morey

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Nada desvía la vista de Rafael Nadal de su trabajo diario. No tiene prisa por volver y tampoco quiere precipitarse en su regreso. Ha renunciado a jugar el Masters 1000 de Cincinnati al no estar aún en plenas condiciones. Trabaja mucho con las dosis necesarias de optimismo y alegría para volver a jugar con el nivel que le llevó a ser el mejor jugador de 2012 hasta Wimbledon. Ha pasado un mes y medio desde su último encuentro ante Lukas Rosol y su principal preocupación es recuperar las mejores sensaciones que le llevaron a hacerse eterno en Roland Garros y alcanzar uno de los mejores niveles de juego de su carrera.
El manacorí se encuentra bien de ánimo pese a la dificultad que supone para un competidor como él apartarse de lo que más le gusta por culpa de los problemas físicos. «Mentalmente estoy bien, el problema es que estaba haciendo un año muy bueno hasta que pude jugar. Después no ha terminado de ir como me hubiera gustado y físicamente estamos algo justos. Vamos mejorando en las ultimas semanas pero no lo suficiente», explica tras completar una sesión preparatoria en Manacor.
Gira
La gira norteamericana arrancó con la renuncia del mallorquín al Masters 1000 de Toronto y ha seguido con la baja de la cita de Cincinnati, por lo que la siguiente cita es el US Open, aunque el jugador balear solo se centra en el «día a día». «No pienso en el US Open, pienso en recuperarme bien y competir bien como en la primera mitad del año. Estoy contento de como estaba jugando y como había ido todo, pero desde Roland Garros la rodilla no respondió», comenta el número tres de la clasificación mundial.
Físico
Tiene claro que no serán sus ganas las que precipiten su vuelta, sino que serán sus sensaciones y sus rodillas las que determinen su regreso. «No tengo prisa por jugar, tengo prisa por estar bien. Uno quiere jugar cuando está bien porque al final, sino, es un sufrimiento continuo. Sufrir está bien, pero sufrir sin opciones de nada no es lo suyo. Lo que se hizo en Wimbledon o lo que se intentaría evitar en este momento es jugar con dolor. Mi idea es jugar cuando esté bien. Jugaré cuando esté bien», resume el número tres del ranking mundial. «Empezaría a jugar mañana, pero no me siento preparado para empezar a competir a un cierto nivel. Hasta que las rodillas no respondan como para poder estar dos horas y media o tres con la intensidad que quiero, no jugaré», añade.
Fiel a su mentalidad de mantenerse en un término medio tanto en la victoria como en la derrota, Rafael Nadal considera que no es cuestión de transmitir un mensaje tranquilizador o alarmante a los aficionados que esperan su vuelta a la competición. «Ninguno de los dos», responde. «Lo realmente tranquilizador es que era el mejor jugador del circuito en lo que iba de año por los puntos y porque era el numero uno de la Race. Era el jugador con la mejor línea, pero no lo he podido continuar. Me importa recuperarme bien para terminar la temporada con una buena sensación», argumenta.
Además, también añade que «no creo que haya que dramatizar. Hace un mes y medio ganaba Roland Garros y hay que aceptar que esto -estar parado por problemas físicos- es parte del deporte. No es el momento de quejarse así como están las cosas en el mundo y lo que procuro hacer es trabajar con optimismo y alegría para recuperarme lo antes posible».
Su siguiente desafío en el calendario sería el US Open en Nueva York, pero en el plano competitivo el reto global es «intentar hacer un buen final de año, porque el año será bueno pase lo que pase, así que lo realmente importante es recuperarme para tener la intensidad y el ritmo de juego que tuve que fue de los mejores de mi carrera».
Clasificación
La posibilidad de que el flamante campeón olímpico, Andy Murray, le relegue a la cuarta posición del ranking mundial en función de sus resultados no altera al tenista mallorquín. «Puedo estar en el 4 o en el 24 si se tarda más en volver. Hay un momento en la carrera que el ranking no es algo tan decisivo. Te puede hacer ilusión ser número uno como este año, porque estaba en una buena posición y sí me hacía ilusión, pero después de ocho años sin salir de los dos primeros puestos... Estar una semana más el tres o el cuatro no me aporta más o menos o me hacer más feliz o menos. Me aporta ser feliz compitiendo y tengo que estar recuperado para hacerlo», razona.
Nadal reconoce que fue una decisión difícil renunciar a la posibilidad de disputar los Juegos de Londres en los que debía ejercer de abanderado de la delegación española en la ceremonia de inauguración, aunque también admite que hubiersa sido una «insensatez» apresurar su vuelta. No hay consuelo ante la posibilidad de pasar más tiempo en la Isla, aunque pasar más tiempo con los suyos le hace feliz. «Evidentemente no era el año para estar más tiempo en Mallorca con unas olimpiadas de por medio. No compensa, pero estoy contento de estar con la familia y amigos», comenta.
Cabe recordar que el mallorquín ya disputó el torneo de Wimbledon con problemas en sus rodillas, que también tuvieron que pasaron por su habitual tratamiento de infiltraciones de plasma enriquecido en Vitoria con el doctor Mikel Sánchez. El dolor no remitió a tiempo y ha lastrado su participación en las citas más recientes del calendario.