Rafael Nadal en el aeropuerto de Son Sant Joan. | J. Lladó

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El número uno del mundo, el español Rafael Nadal, admitió hoy que no ha tenido «la mejor de las suertes» y que tenía «un mal cuadro», respecto al sorteo que decidió los emparejamientos para el torneo de Wimbledon, donde jugará después de dos años.

«El cuadro es complicado. No hay jugadores para ir cogiendo el ritmo, todos sacan muy bien», destacó Nadal en una rueda de prensa celebrada en las instalaciones del torneo, que arrancará el lunes en Londres.

Tras ganar este año los torneos de Montecarlo, Roma y Madrid, antes del Gran Slam de Roland Garros, Nadal afrontará su cuarto partido sobre hierba en dos años ante el japonés Kei Nishikori, un rival que, pese a su posición número 204 en el ránking mundial, el español no considera fácil.

Como segundo cabeza de serie del torneo, el mallorquín podría tener un posible duelo en cuartos de final con el sueco Robin Soderling, el mismo ante el que tuvo que luchar en mayo por su quinto título en la final de Roland Garros.

De progresar, Nadal tendría una semifinal con el británico ante Andy Murray, cuarto favorito del torneo.

No obstante, el campeón del Gran Slam sobre hierba en 2008 aseguró que estaba preparado para «hacerlo lo mejor posible» después de haber pasado unos días en su casa de Mallorca con los amigos y la familia.

«Llevaba mucho tiempo sin pasar unos días seguidos en casa. Lo necesitaba mentalmente», dijo Nadal, de 24 años, que explicó los motivos por los que ese descanso era su gran medicina antes de volver a Wimbledon, tras su baja en 2009.

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Rafa Nadal relató, en español, cómo se sentía después de todo lo sucedido la temporada pasada. «Te viene el bajón después de todo lo que has pasado», dijo en referencia a los problemas de rodilla que sufrió en 2009, y destacó que pese a todo había vuelto «a conseguir victorias».

«Levantarse y ver el mar, estar con la familia, disfrutar con los amigos de una vida normal, de un fin de semana normal de un chico de mi edad» es, según afirmó Nadal, lo positivo que sacó de la derrota en Queen's la pasada semana, ante su compatriota Feliciano López, que le superó en dos sets en los cuartos de final.

El número uno del mundo, que sintió un dolor interno en la pierna derecha en dos de los tres partidos disputados en Queen's y en uno de los cuales incluso requirió la asistencia de un masajista, aseguró que ahora estaba «perfectamente» pues, como él mismo había anticipado, no se trataba de nada peligroso.

Nadal se refirió al año pasado y dijo: «no me sentía capaz de ganar grandes torneos», y el mallorquín consideró un mérito volver a estar en el primer puesto del ránking mundial, no precisamente por el número que ocupa, sino por recuperar su forma y su nivel.

Preguntado por cómo lo ha conseguido, dijo que, sin duda, «entrenándose cada día con la ilusión por mejorar», e indicó que está «muy contento con la temporada de 2010», hasta el momento.

«He jugado una de mis mejores temporadas, estoy sano y eso es muy importante, dijo Nadal, con dudas sobre si está «fresco o no», pero seguro de no estar «muy cansado» para debutar en Wimbledon el martes.

El español, convertido ya en el tercer tenista más rico de la historia, recordó su victoria en Wimbledon hace dos años como «uno de los momentos más emocionantes» de su carrera, pero reconoció al cabeza de serie número uno en el torneo, Roger Federer, como favorito para proclamarse campeón en esta edición, una victoria que otorgaría al suizo el séptimo título en este Gran Slam.