EL PERFIL

El niño que probó el claqué y la danza clásica antes de reinar en la piscina

Jordi Cáceres practicó natación pura antes de dar el salto a la artística en 2020, en plena pandemia, encontrando el espacio en el que compaginar sus dos pasiones

Jordi Cáceres, durante el ejercicio de Solo Libre de la final del Europeo de natación artística de Funchal | Foto: European Aquatics

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La historia del nuevo campeón de Europa de Solo Libre, del mallorquín que va camino de seguir los pasos de una leyenda como Marga Crespí en la piscina, está llena de casualidades e hilos que han desembocado en el éxito alcanzado en Funchal (Madeira, Portugal). Ese oro que ha situado a Jordi Cáceres Iglesias (Palma, 24 de agosto de 2004) en la aristocracia de la natación artística, la sincronizada de toda la vida en la que Mallorca tiene el honor de contar con dos olímpicas y una pionera como Rosa Costa, que abrió la lata en los Juegos de Los Ángeles 1984 para que, 28 años después, Crespí hiciera historia con su bronce en Londres 2012.

De raíces peruanas -su padre nació en la ciudad de Puno-, Jordi Cáceres ha encontrado en la natación artística el escenario en el que compaginar sus dos grandes pasiones: la piscina y el baile. Actualmente, se entrena y reside en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat (Barcelona), donde compagina su trabajo con el equipo nacional y sus estudios universitarios. Formado en el Mediterránea, apareció ante él el escenario de la natación artística en plena pandemia, allá por 2020.

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Su madre le apuntó a natación, pura, aunque también estuvo en una academia de baile, practicando danza clásica y claqué, que le aportaron agilidad y recursos que le permitieron tener una adaptación más rápida a la natación artística, en la que el Mediterránea, el club que vio crecer también a Marga Crespí, fue su escuela antes de volar hacia Barcelona e incorporarse al Granollers, su actual destino a la par del CAR, donde Andrea Fuentes sigue sus pasos.

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Con la selección española, en un momento de auge de la natación artística masculina, que reivindica su espacio y también su hueco en el programa olímpico, Jordi Cáceres acumula ya una decena de medallas internacionales. El oro continental en Solo Libre es la confirmación de una proyección internacional que exhibió con el bronce en el Mundial júnior de Lima (2024), casualmente en la tierra natal de su padre.

Meses atrás, en la Copa del Mundo de París, el bronce en Solo Técnico y la plata en Dúo Mixto (junto a Aurora Lázaro) fueron otro peldaño más dentro de su recorrido hacia Funchal, en pleno Atlántico. Madeira ha servido de escenario de la confirmación y Singapur y el Mundial (18 a 25 de julio) podrían acabar de reafirmar a Jordi Cáceres como una realidad palpable. Como el oro europeo que ya cuelga de su cuello.