AJEDREZ

Pau Marín, un joven mallorquín a las puertas del título de Maestro Internacional

El joven ajedrecista de la Colònia de Sant Pere, de 13 años, busca la segunda de las tres normas y sueña con dedicarse a este deporte, disputar un Mundial y ser Gran Maestro

Pau Marín muestra su título de Maestro FIDE, junto a varios de sus trofeos nacionales, su libro de cabecera y un tablero de ajedrez | Foto: F.F.

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A las afueras de la Colònia de Sant Pere, un joven jugador de ajedrez mallorquín entrena, estudia y trabaja para conseguir su sueño. No es otro que dedicarse profesionalmente a este deporte, alcanzar el rango de Gran Maestro y disputar el Campeonato del Mundo. Pero queda mucho camino por recorrer, aunque Pau Marín Ferragut (Artà, 2011) y su familia van dando pasos y asegurándolos, sin descuidar la formación académica de este estudiante de segundo de ESO, que además es un apasionado del baloncesto, que practica de manera federada con el Bàsquet Artà y, por el momento, no contempla tener teléfono móvil, un arti.

Pertenece al club Reis i Dames de Manacor y, desde 2024, es Maestro FIDE. Su primer entrenador fue Manuel Queirolo, quien le dio clases en Manacor y la Colònia, y actualmente es dirigido por David Pons, Ernesto Fernández -quien ya trabajó con el Gran Maestro menorquín Paco Vallejo- y el ucraniano Viktor Moskalenko, dentro del programa de seguimiento y Alto Rendimiento de la Federación Española de Ajedrez (FEDA).

Pau Marín muestra su título de Maestro FIDE. Foto: F.F.

Pero meses atrás, a finales de 2024, Pau logró un hito en el nacional absoluto de Marbella. Allí, logró la primera de las tres normas necesarias para obtener el rango de Maestro Internacional, quedándosse durante este año a las puertas de la segunda hasta en dos ocasiones (Roquetas y Menorca). Algo que no le preocupa, porque va «partida a partida». El reto es conseguir las tres normas en 2026 y alcanzar ese éxito.

Fue a través de su padre como se introdujo en el ajedrez. Él también juega y, de manera casual en un torneo local, comenzó su interés por este deporte con apenas 6 años. Desde ahí, ha moldeado un palmarés con diferentes títulos nacionales de rápidas y clásicas en las categorías Sub 10, Sub 12 y Sub 14, además de ser campeón de Baleares en todas las categorías, lo que le ha hecho ganarse el respeto y admiración de sus compañeros y rivales.

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Entrena tres horas diarias: entre una y media y dos con sus entrenadores y el resto junto a su padre, aunque lo que le gusta «es coger un libro y estudiarlo o jugar on-line», explica Pau, de 13 años, quien se define como «un jugador universal, aunque creo que destaco más por la táctica, siendo agresivo, pero también posicional y tranquilo», explica con un temple espectacular. Sobre su futuro al margen del ajedrez, en un principio se planteaba «estudiar matemáticas, pero también me gustaría ser profesor de lengua o algún idioma», siguiendo los pasos de su madre.

Pau muestra los dos reyes del tablero. Foto: F.F.

Su referente es Garry Kasparov, «el mejor, el número uno de la historia», asegura convencido Pau Marín, además de admirar al indio y campeón mundial Dommaraju Gukesh, a quien tuvo la oportunidad de conocer en Menorca «incluso de jugar a ping pong y fútbol con él», explica orgulloso el ajedrecista isleño, a quien le gustaría «vivir del ajedrez, ser profesional», aunque debe ir quemando etapas y dar pasos hasta llegar a ese escenario.

«De los 14 a los 18 años es una franja en la que hay que ver su evolución para evaluar realmente dónde estamos», explica su padre, Vicenç, también jugador de ajedrez. Mientras, jugar ante rivales de nivel que le permitan progresar y elevar su listón resulta importante para Pau Marín, a quien le haría también ilusión poder jugar torneos como el Tata Steel de Wijk aan Zee (Países Bajos), el de Grenke (Alemania) o el de San Luis (EEUU), sin dejar de lado un escenario mítico como Linares.

Pau Marín, ante uno de los tableros con los que entrena, en su domicilio. Foto: F.F.

Domina a la perfección el inglés, idioma clave a la hora de estudiar libros de ajedrez y compartir información, además de realizar varias asignaturas en ese idioma en el instituto. «Hay que practicar, jugar y enfrentarnos en torneos a gente titulada», comenta su padre. El rutómetro parece claro: hasta los 16 años, se trabajará para ser Maestro Internacional -faltan dos normas-; y a partir de esa edad, focalizar los esfuerzos en alcanzar la meta de ser Gran Maestro, siguiendo los pasos de tres ilustres baleares y leyendas como son Arturo Pomar, Paco Vallejo y Mónica Calzetta, esta última la primera española en certificar esa condición. ¿Será Pau Marín el siguiente? «Partida a partida», responde el joven ajedrecista.