La Fundació Miquel Jaume Palma Futsal, más que un club

«El trabajo de la fundación con los clubes va más allá de la ayuda económica, les damos apoyo en el día a día, les facilitamos la logística o soluciones a cualquier problema y estamos a su disposición a nivel de márketing o jurídico. Queremos dotarlos de herramientas y de todos los recursos necesarios para competir», explica María Mayans, coordinadora de proyectos de la Fundació Miquel Jaume-Palma Futsal. «El objetivo es que todos ganen en visibilidad y creo que bajo nuestra marca les podemos ayudar a crecer de la mano, a conseguir más recursos y a establecer sinergias porque todos son referentes», añade.

El Shamrock de rugby ha sido el último en engordar una lista que inauguró el Voley Ciutat Cide en 2019 y que cuenta con el Club Esportiu Xelska de gimnasia, el Waterpolo Mallorca, el CN Palma, el Club Deportivo Discaesports y el Palma Futsal Triatlón, además de la Federació d’Atletisme de les Illes Balears. Un total de 2.500 deportistas para un proyecto común que en el caso de la Fundació también integra otros clubes de fútbol sala al margen del programa ‘Connecta amb l’Esport’ como son el ETB Calvià, AE Llevant Manacor Fisiomedia, Alcúdia Futsal, Sagrat Cor, Club Social i Esportiu Juan de Ávila.

La voluntad de la fundación es seguir creciendo y para integrarse en la familia se requieren aspectos en común. «Hay varios criterios para formar parte del proyecto, pero sobre todo nos gusta que sean clubes con bases sólidas en categorías inferiores, que sean referentes en sus deportes en Balears y que tengan una filosofía que case con todo lo que quiere hacer la fundación», analiza Mayans. No en vano el reto es trascender de la competición y el deporte para realizar acciones que refuercen la idea del deporte como agente de igualdad, dinamizador y con una gran capacidad para promover valores.
Los clubes integrados en la Fundació Miquel Jaume, que cuenta con un presupuesto que ronda los 150.000 euros, tienen total autonomía para llevar a cabo su gestión en los diferentes ámbitos mientras que los colores y la promoción de valores son los que los identifica en el proyecto común.

«Los equipos tienen una identidad propia, mantienen su escudo y el nombre y coinciden en llevar los mismos colores y al otro lado del pecho el escudo de la fundación. No se cuestiona su trabajo y en ningún momento queremos cambiar porque al final todo lo que han conseguido lo han hecho con su trabajo y es lo que hace más grandes y nos da fuerza», analiza la coordinadora de proyectos, que tiene entre sus objetivos fomentar el deporte y los valores, dinamizar, crear un sentimiento de pertenencia e imagen de marca, dar visibilidad y estar abierta a la sociedad.

En su nacimiento la idea del proyecto era ayudar a los deportes minoritarios a gestionar las dificultades que se encontró Miquel Jaume cuando el fútbol sala empezaba a codearse con la élite. Porque desde sus inicios en Manacor hasta el traslado a Palma también le tocó jugar en Inca y pasar por problemas. La clave para sacar adelante las diferentes iniciativas y conjugar al mayor número de clubes posible es el apoyo de Conectabalear. También juegan un papel clave otros patrocinadores como THB Hotels y la compañía aérea Air Europa, que en gran medida contribuyen a conceder facilidades a los clubes a la hora de organizar sus viajes. Las facilidades en la gestión de este apartado permite a los clubes poder destinar más esfuerzos y prestar más atención a su actividad. La fundación está abierta a más empresas interesadas en colaborar con el deporte tanto contribuyendo a la logística o económicamente.

El deporte lógicamente es el pilar fundamental, pero la fundación también ha comenzado a desarrollar iniciativas en otros campos como el cultural, ya que recientemente también organizó su primer concierto de Dvicio para recaudar fondos para desarrollar su obra social.