Un grupo de palistas del equipo nacional.

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El piragüismo español encara un año decisivo en su camino hacia los Juegos Olímpicos de París 2024, con las medallas como desafío en especial para la canoa, una especialidad que tocó el cielo con David Cal y tuvo continuidad con Sete Benavides. Junto a su entrenador y responsable del equipo nacional, Kiko Martín, y acompañado por el prestigioso técnico Jesús Cobos, los integrantes de la joven y laureada selección española han calentado motores con una concentración grupal en Alcúdia, sede de entrenamiento del grueso del equipo, al que se unió estos días toda una doble campeona de Europa y oro mundialista como María Corbera, que trabajó el ilusionante C2 en compañía de Antía Jácome en las aguas del Estanys dels Ponts (Lago Esperanza), donde la gallega se ejercita regularmente en compañía de campeones del mundo como Tano García, Pablo Martínez o Joan Toni Moreno, a quienes se ha unido también Adrián Sieiro, campeón del mundo y de Europa en 2022 y una de las grandes esperanzas del piragüismo español de cara a París.

A las órdenes de Kiko Martín y Jesús Cobos, también han trabajado fijas como la chilena María José Mailliard, el medallista olímpico Sete Benavides, Toni Segura, Maria dels Àngels Moreno, Antía Otero, Pere Antoni Prats, Cristian Agu, Carolina González, Claudia Couto o Daniel Nadal.

Un equipo que derrocha ambición e ilusión de cara al presente ciclo, pero que mira más allá, rumbo a Los Ángeles 2028, aunque entre sus manos hay serias opciones de podio y presea en París, con valores fijos como María Corbera y el C2 masculino de Tano García y Pablo Martínez, con el balear Joan Toni Moreno muy presente como comodín y Antía Jácome buscando mejorar el quinto puesto en C1 200 de Tokio.