El regatista Sviatoslav Madonich (izda.) muestra la bandera de Ucrania con su técnico, Paulo Dontsov. | L.G. GUERRA

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El deporte no ha podido quedarse al margen de todo lo que rodea al conflicto armado generado por la invasión rusa de Ucrania. En el caso del joven regatista Sviatoslav Madonich, de 14 años, esta crisis le obliga a vivir, entrenar y competir en el exilio desde que aquel fatídico 24 de febrero conociera en Valencia el inicio de una guerra que parece no tener fin. Desde entonces, el nuevo ganador del Trofeu Ciutat de Palma de vela y una de las referencias mundiales de la clase Optimist pasea junto a su entrenador, Paulo Dontsov, la bandera de su país por todos los lugares por los que transita ese exilio deportivo y personal que vive, una expedición encabezada por el padre de Sviatoslav y que forman su técnico y siete regatistas de diferentes edades.

Actualmente, todos residen en Monfalcone, en Trieste (Italia), aunque su cabeza está muy presente y pendiente de lo que acontece en Odesa, donde sus familiares intentan luchar por sobrevivir dentro de ese conflicto.

Sueño

El sueño de Sviatoslav, último ganador de la Carabela de Plata del RCNP, es «representar a mi país (Ucrania) en todo el mundo y, si puede ser, en unos Juegos Olímpicos». Su entrenador, Paulo Dontsov, explica que su pupilo lleva una vida normal con sus dos hermanos y sus padres, centrándose en la vela y los estudios en su país, conectándose cada día online con su escuela en Ucrania. «Nos sentimos orgullosos de los soldados y quienes defienden nuestro país», refiere el técnico, que junto a Sviatoslav recibió una cerrada ovación en la entrega de trofeos del Ciutat de Palma.