La celebración de la nigeriana Shella Badaseraye, afincada en Mallorca desde hace más de 20 años,

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La vida de Shella Badaseraye (Benin City, Nigeria, 28-8-1987) es una historia de superación y éxito. De constancia y lucha. La deportista nigeriana afincada en Mallorca inscribió este viernes su nombre, por partida triple, en los Campeonatos de Europa Máster de Halterofilia que se están celebrando en Raszyn (Polonia). Shella se proclamó campeona de Europa con récord de España y continenal incluido. Logró el mejor registro europeo Máster en dos tiempos; el récord de total olímpico y otro récord mundial en dos tiempos. Fue en la categoría de 59 kilos, en máster Women 35 y en arrancada 76 kilos. Estos registros suponen un hito para el deporte balear teniendo en cuenta que nunca antes un representante de las Islas había subido a lo más alto del escalafón internacional.

Socia de honor del Club Esportiu Balear +Qtrail, la vida de esta deportista está marcada por la parálisis que sufre su hija Anahí, de 16 años. Hace poco más de tres lustros, pesaba más de cien kilos, pero a base de esfuerzo, entrenamientos y una pasión inusitada por el deporte, Shella ha conseguido llegar a lo más alto. Y todo ello compaginando las duras horas de gimnasio con su título más importante, el de madre coraje. Llegó a la isla con apenas doce años -este domingo cumple 35- y vio cómo su vida cambiaba de forma radical cuando su hija, con una discapacidad del 98% por una parálisis, sufría un ataque epiléptico que estuvo a punto de costarle la vida. Shella pesaba entonces cerca de 100 kilos y tuvo que pedir la ayuda de una vecina para poder socorrer a su hija. Entonces prometió que nunca más le volvería a pasar algo así. Que debía hacer algo para adelgazar y ponerse bien físicamente por si a su pequeña le volvía a pasar.

Shella Badaseraye en el podio

Shella encontró en la halterofilia su válvula de escape. Comenzó a perder peso y a engancharse a este deporte. Hace dos años logró tres medallas de oro en los campeonatos de España absolutos y ayer volvió a poner su nombre en lo más alto del escalafón a nivel internacional. Concilia de la mejor manera posible como madre soltera con una hija dependiente. Ayer, en tierras polacas, Shella volvió a demostrar que es una campeona. Como lo demuestra cada día cuidando a su pequeña Anahí.