Los regatistas ucranianos Sofiia Naumenko y David Izmailovsky posan junto al Club Marítimo San Antonio de la Playa. | miquel a. canellas

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Entre un mar de embarcaciones que pueblan el popular Balneario 0 de Can Pastilla, una lancha con los colores de la bandera de Ucrania llama la atención. Es la que debía pilotar un entrenador que no está. Pero sí rondan por allí dos regatistas que han recibido el cariño y apoyo de sus compañeros desde que aterrizaron en la Isla, procedentes de Andalucía. Sofiia Naumenko y David Izmailovsky preparan sus embarcaciones de las clases ILCA 6 y 7 con el objetivo de participar en el 51 Trofeo SAR Princesa Sofía. «El nivel es muy alto, pero queremos hacerlo bien y aprender», refiere la primera, de 23 años y que junto a su compañero, de 19 y natural de Odessa, intentan desconectar desde la distancia del conflicto bélico que asola su país natal. «Nuestras familias están bien por ahora, pero resulta complicado poder concentrarse al 100% en los entrenamientos», prosigue Sofiia. «Estamos nosotros dos, sin entrenador...», añade la deportista mientras prepara su embarcación para ejercitarse en una jornada ventosa y así «desconectar» durante unas horas.

«No podemos volver ni sabemos cuándo y no sabemos bien cómo podemos ayudar desde aquí. Lo mejor que podemos hacer ahora es representar a Ucrania», comenta David. Ambos agradecen el apoyo que han recibido, por parte de la organización, del Club Marítimo San Antonio de la Playa (CMSAP) y de los demás regatistas de otros países en un momento tan delicado. «Nuestros compañeros nos apoyan, no nos sentimos solos, pero sí preocupados por lo que pasa en nuestro país», relata Sofiia. «En estos momentos, hemos notado el cariño de la gente», explica. Los dos están en contacto «permanente» con su gente y se alojan en la Isla en el apartamento de un compatriota, también apasionado del mar y la vela.

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Como preparación del Sofía, Naumenko e Izmailovsky han participado en la Mallorca Sailing Center Regatta y el próximo fin de semana tienen planeado navegar en el Port de Pollença.
En unas semanas, si todo va según lo planeado, se unirán a ellos otros dos regatistas ucranianos que competirán en la nueva y espectacular clase olímpica de IQFoil: Oleksandr Tugaryev y Oleksandr Mendelenko. Todos están en contacto, pese a la dificultad para hacerlo, con su federación «que está informada de nuestra situación, pero sabemos que ahora es difícil para ellos y para todos», recuerdan los deportistas.

Orgullosos

Ante un panorama tan complicado como el que vive Ucrania, les queda el consuelo de poder tener la posibilidad de «competir por nuestro país. Representarlo es un orgullo. Ahora, es lo que podemos hacer y, aunque a veces no es fácil, es lo que nos motiva a seguir adelante desde tan lejos de casa», asegura Sofiia Naumenko, cuyo objetivo es poder «clasificarme para los Juegos Olímpicos» de París 2024. David, por su parte, comparte esa meta, pero cree que es «todavía joven y puede que mi momento sea más adelante, tal vez en 2028 en Los Ángeles». Tras el Trofeo Princesa Sofía (que excluyó a Rusia y Bielorrusia), Sofiia y David tienen previsto continuar con su calendario en Europa, «si no hay cambios», yendo por ahora «día a día», pero con la primera cita de la Hempel World Cup Series en el punto de mira. «Cuando estamos en el agua, intentamos olvidarnos de todo. Nos sirve, pero no evita que estés siempre pendiente de lo que pueda pasar», comenta Izmailovsly.

Lo que los dos regatistas ucranianos esperan es que «pronto acabe todo esto y podamos reencontrarnos con nuestra familia y amigos», afirmaba David, asintiendo Sofiia. «Es difícil, pero ojalá llegue la paz lo más rápido posible...», dice ya preparada para hacer lo que le permite defender los intereses deportivos de su país: navegar.