Neus Ballester muestra el oro junto a Nuria, su madre. | Fernando Fernández

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Cuando en 1989, Nuria Bover Piqué (Palma, 1970) se proclamaba campeona del mundo de la clase 420 IYRU, en s’Arenal y junto a la también mallorquina Silvia Summers, seguramente no podía imaginar que, tres décadas después, una de sus hijas iba a reeditar lo que era una gesta para la vela balear, de la mano de una de las regatistas con más clase que ha conocido, y a la que le faltó en su laureado historial una participación olímpica. Cosas del destino, muy lejos de su club -CN Sa Ràpita- y de s’Arenal, nada menos que en Omán, Neus Ballester Bover (Palma, 2003) reeditaba aquella gesta en compañía de Andrea Perelló (CN Arenal), siguiendo así los pasos de su madre, Nuria, en una clase 420, en la que ambas ya comparten para siempre sus nombres en el palmarés del Campeonato del Mundo.

«Si te digo que estoy súper orgullosa, creo que me quedo corta», comenta sonriente la feliz madre de la nueva campeona, sabedora de lo que cuesta alcanzar ese oro, que llegó, además, en el día del 18 cumpleaños de Neus. «Este resultado el reflejo del trabajo y el compromiso de Neus», prosigue quien fuera campeona mundial, además de europea y nacional y medallista internacional en 470, el citado 420 y en Optimist.

Recuerda Bover que en su época «teníamos menos medios, pero los suplíamos con ilusión y horas de trabajo. Ahí reside el secreto y Neus lo sabe bien», añade, dejando muy claro que «el mérito es suyo, nosotros le hemos guiado a la hora de tomar decisiones, pero en el agua, son ellas las que pelean».

Reconocimiento

Para Neus, todo lo acontecido ha supuesto un cúmulo de emociones. Aunque ya sabía lo que era subir al podio en el Mundial de la clase, este oro juvenil de 420 culmina una etapa y le ha hecho «sentir el cariño de la gente. He sentido que se ha reconocido y sólo puedo agradecerles a todos los que me han seguido o felicitado que piensen en mí», refiere la flamante campeona mundial, que luce orgullosa el oro que mira con ilusión su madre. Estudiante de ADE en la Universitat de les Illes Balears, Neus tiene un buen apoyo en su hermana mayor, Nuria, otra enamorada de la vela.

Y ahora, mira con ganas a un futuro en el que asoma un cambio de aires y la entrada en el 470 Mixto, la nueva clase olímpica en la que, a medio plazo, apunta hacia Los Ángeles 2028 como reto. «Poder ir a unos Juegos es lo máximo, pero paso a paso», refiere la hija de todo un oro olímpico (Tornado, Atlanta 96) como Pepote Ballester.

Raíces

El Club Nàutic de Sa Ràpita es su centro de operaciones deportivo y personal, y allí recibieron a Neus Ballester con un sentido aplauso horas después de aterrizar desde Omán, donde tuvo «una semana bastante buena de competición», culminada con ese tan especial título mundial juvenil de 420 que le ilusiona por el hecho simbólico de compartirlo con su madre. «Una alegría doble», admite la segunda generación de una saga de regatistas de leyenda.

El apunte

Un tándem ganador con Andrea Perelló

Junto a Neus Ballester, la otra protagonista del título mundial juvenil de 420 fue Andrea Perelló (CN Arenal), con quien ha formado un tándem ganador en una clase cuyo recorrido han culminado de la mejor forma posible: con un oro en el Mundial de Omán. Dominadoras en España, tocaron el cielo en el Mundial Sub 17 y son a la vez subcampeonas del mundo y europeas Sub 19.