El cilcista mallorquín Enric Mas, del equipo Movistar team, durante la vigésima etapa de LaVuelta Ciclista a España. | Efe

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El mallorquín Enric Mas, que este sábado ha terminado cuarto en la penúltima etapa de La Vuelta ciclista a España, se ha asegurado el segundo puesto en la general, salvo catástrofe. Este domingo habrá una contrarreloj con final en Santiago de Compostela.

En el indeciso juego final del último kilómetros entre los favoritos de la Vuelta se coló por sorpresa el francés Clement Champoussin (Ag2r Citrôen), quien se dejó de florituras y atacó con fuerza para apuntarse la victoria más importante de su vida, la primera en el World Tour.

Champoussin, de 23 años, se agarró al grupo del podio cuando fue alcanzada la fuga en la que iba incrustado, aprovechó los parones y las miradas entre los grandes y salió disparado a 1.500 metros en busca de la meta. Y la encontró firmando un gran victoria en la vigésima etapa disputada entre Sanxenxo y Mos, de 202,2 km, 6 segundos por delante de Roglic y 8 sobre Enric Mas y Adam Yates.

Un último arreón de Roglic que le permitió pescar 6 segundos de bonificación, un pequeño golpe de autoridad para el virtual triple vencedor absoluto de la Vuelta. Una jornada que alteró la general en puestos secundarios.

Enric Mas afrontará la crono final de Santiago a 2.38 minutos de Roglic, y el australiano Jack Haig (Bahrain) es el nuevo inquilino del tercer escalón a 4.48, desalojando al colombiano Miguel Ángel López, quien fue protagonista de una extraña y polémica espantada en plena carrera, con un aparente ataque de frustración y nervios. Se bajó de la bici y nadie le convenció para seguir. Se largó.

«No me veo ganador aún, tengo la experiencia en cronos del último día que pueden cambiar las cosas, así que hay que tomar las precauciones precisas», dijo Roglic, en alusión al Tour que perdió ante Pogacar en la penúltima jornada del Tour 2020.

Ineos rompe la carrera en Mougás, Roglic selecciona

La esperada clásica había despertado mucho interés por aquello de concentrar 5 puertos en los últimos 90 km, enlazados como si de la Lieja Bastoña se tratara. Era el último cartucho por las plazas secundarias del podio y por la pedrea del maillot de la montaña.

Costó mucho que se formara la fuga, pero al final se juntaron 16 corredores, con el rey de la montaña Storer dispuesto a rebañar puntos en los puertos, su compañero Bardet, y otros necesitados de gloria, como el italiano Trentin, que me marchará sin victoria.

Las diferencias fueron de escándalo, hasta los 12 minutos, pero el Ineos empezó a tirar del pelotón con fuerza y la ventaja empezó a desplomarse. Storer pasó en cabeza por los altos de Vilachan (3a) y Mabia (2a) y Mougas (1a). Objetivo cumplido. Será el rey de la montaña.

La carrera cambió subiendo el Alto de Mougás, donde se movieron los favoritos a 3 km de la cima. Concretamente atacó Bernal, neutralizado por Roglic, y luego lo intentó Yates. De nuevo intervino el esloveno para seleccionar un grupo junto a Haig, Maider, Mas y Yates. En la cima ya tenían 38 segundos sobre al grupo de López y Bernal. El primero se despedía del podio, el segundo empezaba un calvario.

Haig desaloja a López del podio, quin se enfada y se retira

Camino del Alto de Prado (2a, 5,5 km al 6,3%, Haig ya era tercero en la general y Yates cuarto. Debacle de López. Hundido y en caída libre en la general, lo mismo que Bernal, ambos vagando, impotentes, viendo como el grupo principal les iba metiendo minutos como puñales. Decidieron entregarse a la desidia. Su suerte estaba echada.

En la cima del Prado, penúltimo puerto, el surafricano de la fuga inicial Ryan Gibbons pasó en solitario con 55 segundos sobre los perseguidores y 2.05 respecto al grupo del maillot rojo. Un final interesante a falta del último escollo, el que conducía a meta, el Alto Castro de Herville (2a, 9,7 km al 4,8 y rampas del 16.

En ese momento Superlópez entró en un ataque de pánico, o de capricho. Supermán se bajó de la bici, quería dimitir. Su director trató de convencerle para que siguiera, incluso Imanol Erviti, quien se detuvo para calmar la rabieta del colombiano, sentado en la cuneta, cerrado en su decisión. Finalmente, el conquistador del Gamoniteiru decidió tirar la toalla. Se fue de la Vuelta.

Un espectáculo en plena carretera con pocos precedentes en el ciclismo profesional, a una jornada del final de la Vuelta, sin motivo aparente. «Supermán» acaba de renovar dos años con el Movistar.

Champoussin sorprende, Roglic virtual vencedor

Finalizado el gran «show» de López, empezó la lucha por la etapa. El grupo de favoritos fue cazando a los componentes de la fuga en la subida al Castro de Herville, «territorio» Óscar Pereiro, diseñador de tan atractiva etapa.

La victoria parecía que se iba a decantar por la alta jerarquía, pero los grandes a veces se confían, se entretienen , juegan al ratón y al gato, se miran más de la cuenta e incluso se duermen. Atacaron todos, por ejemplo Mas, tres veces Yates, pero como no se despegaban se volvían a juntar.

Desde atrás llegaron Bizkarra y Champoussin. En francés atacó con fuerza, se dejó el alma y se llevó el botín más preciado que jamás imaginó. Se estrenó en el World Tour en un «etapón». Roglic segundo, empezó a saborear su tercera Vuelta. Aunque no se fíe.

Este domingo se disputa la vigésimo primera y última etapa de la 76 edición de la Vuelta en la modalidad de contrarreloj individual, con un recorrido de 33,8 kilómetros entre Padrón y Santiago de Compostela.