Torres -centro- volverá a competir en los Juegos y lo hará a sus 47 años en Tokio, donde también estará Joan Lluís Pons -derecha-. El nadador paralímpico regresa a la élite tras haber ejercido como entrenador, entre otros, de Marc Sánchez -izquierda-. | Fernando Fernández

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El sigilo había marcado tanto la preparación como la clasificación de Xavi Torres para los Juegos de Tokio, pero ahora su ilusión se dibuja en su rostro y se filtra entre sus palabras ante su séptima cita paralímpica. Quiere disfrutar del «autorregalo» que se ha hecho sacando el billete para la gran cita en la capital nipona y sueña con alcanzar una final, aunque su gran objetivo es revivir y saborear la experiencia.

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Con la complicidad del Comité Paralímpico y la Federación mantuvo en la intimidad su gran éxito. «Había muchas probabilidades de quedarse a medias. En el deporte ha habido muchos intentos de volver que no han terminado de cuajar y me daba pereza anunciar algo para luego tener que dar explicaciones de que no había podido ser», razonó Xavi Torres, que sintió las opciones de clasificarse en el Europeo de Madeira y certificó su billete en las Series Mundiales de Berlín.

Volverá a codearse con los mejores en los 150 metros estilos, la prueba en la que ha coleccionado sus mayores éxitos, y también disputará los 200 estilo libre y los 50 espalda con la tranquilidad que le confiere la experiencia. «Voy sin ninguna presión y muchísimas ganas», resumió sin poder ocultar su carácter competitivo. «El objetivo real es intentar entrar en una final. Sería un sueño. Es difícil y no quiere generar expectativas porque tengo el décimo mejor tiempo y acceden ocho, pero tengo la experiencia y estoy en la típica situación en la que tengo mucho que ganar y poco que perder», explicó.