El alemán Nils Politt celebra su llegada a meta. | STEPHANE MAHE

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«Nimes, ciudad de esprinters», refleja la publicidad turística de la ciudad. Esta vez la localidad occitana fue el lugar donde un alemán, Nils Politt (Bora Hansgrohe), logró en solitario el sueño de su vida al entrar en solitario marcando un corazón con las manos y feliz como nunca imaginó.

Así remató Politt, un gigante de 27 años, la duodécima etapa disputada entre Saint-Paul-Trois-Chateaux y Nîmes, de 159 kilómetros, jornada marcada al principio por las tentativas de abanicos y luego de tranquilidad para los hombres de la general, dominada por el esloveno Tadej Pogacar (UAE Emirates).

Politt fue el más fuerte de la escapada del día. Atacó sin respuesta a 12 kilómetros de meta y abrió a lo grande su palmarés en el Tour. Su primer éxito en una grande. Alzó los brazos con un tiempo de 3h.22.12, a una media de 47,3 km/h. Segundo puesto para el navarro Imanol Erviti, el jefe de ruta navarro del Movistar, quien se quedó con la rabia de «tirar al poste».

Erviti, de 37 años, cruzó la línea a medio minuto de Poliit, junto al australiano Harrison Sweeny (Lotto Soudal). Perdió una oportunidad de las que no se presentan todos los días. El pelotón, a su aire, llegó a 16 minutos del alemán.

«Ha sido una cuestión de piernas, iba al limite. Ha ganado el mas fuerte. Estoy triste y contento al 50 por ciento», dijo Erviti en la meta instalada en la Avenida Salvador Allende de Nimes.

Día de transición en la parte noble de la general, sin cambios. Pogacar se mantuvo en la cúspide, seguido del colombiano Rigoberto Urán a 5.18 minutos y del danés Jonas Vingegaard (Jumbo Visma) a 5.32. El ecuatoriano Richard Carapaz es cuarto a 5.33 y el primer español es Enric Mas (Movistar), octavo a 7.11. Pello Bilbao cierra el top 10 a 10.28.

EL VIENTO PROVOCA LA LOCURA INICIAL

Los abanicos se previenen desde el hotel, dicen los expertos, y la etapa iba a sentir el azote de Eolo. Los temidos abanicos estaban en la mente de todos, y todos salieron sobre aviso. Y así fue. Un comienzo explosivo que reventó el pelotón apenas se bajó la bandera de salida. El Bora, que se quedó con Sagan, retirado por lesión, se propuso dinamitar la etapa.

Los latigazos rompieron el pelotón en varios sectores. Algunos, como Pello Bilbao, no pudieron entrar al corte, pero el viento tuvo piedad y se detuvo con la fiesta ya iniciada. Otro huracán, pero vestido con el arcoiris de campeón del Mundo, el francés Alaphilippe, se encargó de alterar el orden hasta formar la fuga del día.

Trece corredores quedaron al frente. Con el francés se filtró el español Imano Erviti (Movistar), el histórico Greipel, los suizos Kung y Bisseger, Politt, Mezgec, Sergio Henao, Boason Hagen, una expedición seria que recibió el beneplácito del gran pelotón, que marcó el ritmo bajo la batuta del UAE de Tadej Pogacar. Un retraso de 14 de meta dejó clara la jornada de tregua entre favoritos.

ERVITI EN LA FUGA BUENA, PERO POLITT ESTUVO ENORME

Dos movimientos decidieron la etapa. Alaphilppe movió de nuevo la escapada, pero el francés, quien recibió ánimos de sus esposa desde la cuneta, no tuvo fuerzas para montar otra revolución. Solo lograron poner asfalto por medio Erviti, Politt, Sweeny y Kung.
La victoria estaba delante. No habría esprint en Nimes, ni Cavendish igualaría las 34 victorias de Merckx, ni el viento iba a acribillar a algún favorito. Pogacar y compañía acumulaban retraso, ajenos todo a la jornada de ligera relajación, necesaria para muchos después de la batalla del Ventoux.

En un final llano y con viento favorable saltó a 14 de meta Nils Politt, un rodador de 1.92 metros, uno de los gigantes del pelotón del Tour. El escenario y las condiciones era un regalo para el germano, quien apretó los dientes con Nimes delante de sus ojos, la ciudad impregnada de arte romano e influencia taurina, donde el cartel publicitario que rezaba «Ciudad de esprinters» nada tuvo que ver con el desenlace de la etapa.

Fue el destino final de un gran rodador convertido en gladiador d la ruta. Inabordable, tuvo fuerza y coraje en sus últimos kilómetros para afrontarlos en solitario. Y se llevo el premio gordo. Esta actuación en el Arena de Nimes sería de puerta grande. Inolvidable estreno en el Tour.

Este viernes se presenta otra oportunidad para esprinters y aventureros de la fuga con la decimotercera etapa entre Nîmes y Carcasona, de 219.9 kilómetros. El calor y el posible viento, factores a tener en cuenta.