Blanca Gil, en la piscina Xavi Torres de Sant Jordi. | Pilar Pellicer

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Su nombre forma parte de la historia del waterpolo español y mundial, pero la posibilidad de reenganchar con el deporte que ha sido parte indosoluble de su vida, y encima poder hacerlo en casa, era demasiado tentadora para la que fuera mejor jugadora del planeta y referente en ligas de entidad como la italiana o la griega. Blanca Gil ha vuelto. Lo hace con 37 años y «en mi peso perfecto», explica la ex internacional, que en su palmarés cuenta con varios Mundiales y títulos de la Copa de Europa en las filas de Catania italiano.

El Mallorca Waterpolo Club le ha abierto las puertas en la que es su segunda reentrada en las piscinas. El objetivo y la ilusión de Blanca y sus compañeras es pelear por el ascenso a la Primera División. Y, si llega, «me haría ilusión seguir, pero vamos a ir paso a paso...», explica Gil, que compagina su faceta como madre y su labor de nutricionista -se enroló esta temporada en el Palma Futsal- con las horas que ahora le reclamará de nuevo el waterpolo.

«Tenía la oportunidad de ir a jugar a Tenerife, me salió una oferta. Estaba casi todo hecho...», relata Blanca. Pero cuando José Tirado, director general del Palma Futsal, se enteró de que podía dejar la Isla, todo cambió y se le abrieron las puertas del Mallorca Waterpolo Club, que forma parte del programa ‘Connecta l’Esport’, que desarrolla la Fundació Palma Futsal y al que se unió la entidad que ha dado cobijo a la nueva estrella de la liga balear.

«Tengo la misma ilusión que cuando empecé... O más», confiesa Gil, quien dio meses atrás un cambio radical a su vida, «me cuido más y para mí es fundamental poder entrenar cada día», asegura, en la recta final de una temporada regular que este domingo concluye en la piscina del CampusEsport, donde intentará seguir cogiendo ritmo de cara al objetivo de la fase de ascenso.

Implicación

Blanca Gil es una más a las órdenes del técnico David Garau, aunque sus galones dentro y fuera de la piscina se hacen notar. El vestuario del Mallorca Waterpolo Club, con el que se ejercita en la piscina Xavi Torres de Sant Jordi, ha recibido con las brazos abiertos a toda una personalidad de este deporte. Y eso lo ha agradecido la ex jugadora de Catania, Roma, Olympiacos o Sabadell. «El ambiente es excepcional, y por encima de todo, se nota que es un equipo, un grupo unido que me ha hecho sentirme una más desde que llegué», recalca.

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Pese a todo, ella se siente «una más» y en esta nueva etapa «lo que busco ahora es jugar y disfrutar», añade Gil, a quien motiva especialmente «volver a sentir la sensación de competir después de tanto tiempo».

Sabe que su experiencia puede aportar mucho al grupo, pero también tiene claro que el Mallorca Waterpolo Club necesita ese ascenso «para poder jugar con equipos de la Península, aprender más y elevar el nivel. Por eso es tan importante conseguir subir de categoría».

Su regreso era algo que la máxima goleadora de los Mundiales no esperaba. «Hace 5 o 6 años, no lo veía viable. Me sentí sola, no reconocida... Pero ahora veo que se valora lo que he conseguido y el trabajo que realizo y, mientras el cuerpo aguante, creo que puedo aportar más cosas al waterpolo y a mi equipo», comenta con rostro ilusionado, dejando muy claro que, uno de los motivos de su vuelta, y en Mallorca, «es para ayudar que el waterpolo tire para arriba».

Aportación

La conexión con los técnicos y con sus nuevas compañeras ha sido inmediata, lo que le permite a Blanca «sentirme bien aportando lo que puedo y sé a las chicas. Pero también ellas me aportan a mí esa ilusión y ganas por conseguir el objetivo final. Esta gente se merece el ascenso y creo que, si todas damos lo mejor de nosotras mismas, se puede lograr, pero nos queda trabajo por delante», prosigue.

Pese a estar fuera de la órbita competitiva, Blanca Gil sí ha conservado y mantenido la forma física, que unida a su labor como nutricionista, le permite llegar al momento de su regreso en una forma envidiable.

«El deporte, y en mi caso el waterpolo, es una cuestión de actitud y compromiso. Una forma de vida, una fuente de valores que me han servido de mucho a lo largo de mi vida y que quiero transmitir en esta nueva etapa y experiencia», afirma Blanca Gil, una estrella en las filas del Mallorca Waterpolo.

Su faceta como nutricionista

Figura y de nuevo jugadora en activo de waterpolo, Blanca Gil es una mujer polifacética. Entrenadora personal, pero especialmente volcada en su faceta como nutricionista, trabaja con el Palma Futsal y con otros deportistas como los medallistas olímpicos de taekwondo del Club Élite, que dirigen Juan Antonio Ramos y Brigit Yagüe. Otro exinternacional, en este caso de taekwondo, como es José Luis Méndez es una persona hacia la que se deshace en elogios la nueva referencia en la piscina del Mallorca Waterpolo Club.