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Cerrado el largo y complejo proceso de selección del K4 500 metros para los Juegos Olímpicos de Tokio, el equipo español ya prepara la embarcación con la que peleará por las medallas en la capital japonesa el próximo verano. Entre ellos, se encuentra el palista mallorquín Marcus Cooper Walz (RCN Portopetro), que junto a sus compañeros, Saúl Craviotto, Rodigo Germade y Carlos Arévalo, además del técnico Miguel García, realizan una concentración en Portugal con la que seguir su preparación y pulir detalles técnicos de la embarcación.

Cabe recordar que semanas atrás, una fuerte racha de viento provocó un incidente de tráfico sin incidencias personales para los deportistas, pero sí para la embarcación K4 con la que preparaban el selectivo, que quedó inservible.

Detalle de la embarcación de K4 500 con la que trabaja el equipo español. Foto: RFEP

De inmediato, el fabricante luso Nelo se puso manos a la obra para crear una embarcación incluso mejorada, cuyos detalles están puliendo estos días en aspectos como el ajuste de los reposapiés y los asientos, que mejorarán la comodidad de los piragüistas, sin variar el diseño del casco. La meta es arañar décimas o centésimas que pueden ser claves para la pelea por el oro olímpico en Tokio.

De la mano de Nelo, cuya fábrica visitará el K4 500 español, también se trabajará en la mejora del deslizamiento del barco, pensando en la distribución de los pesos, amoldándose a las características de los cuatro palistas, retocando aspectos «de última hora, pequeños detalles que nos hacen ilusión de cara a una embarcación con la que afrontaremos los Juegos Olímpicos», aseguró el seleccionador.

El técnico Miguel García da instrucciones a los palistas del equipo español de K4 500.

Por su parte, el mallorquín Marcus Cooper Walz aseguró que su primera impresión al probar la embarcación ha sido «bastante buena», si bien reconoció que tenía un «poco de miedo por si la fábrica la iba a hacer exáctamente igual», y también si se acostumbrarían rápido, «tanto mental como físicamente, porque son muchos detalles que cuidar. La conclusión es que va genial».

Igualmente, confesió Walz que «le habíamos cogido mucho cariño anterior. Es una pena que se estropeara, aunque con la nueva estamos muy contentos desde el principio, y muy adaptados. Pinta muy bien», advirtió.

Respecto a las sesiones de entrenamiento que comparten con la selección portuguesa, el balear se muestra «encantado de poder entrenar con un barco duro, de buen nivel», y con el que los españoles se llevan «muy bien personalmente; es un gusto entrenar con ellos, parece que sacamos un extra de calidad», prosiguió.

Marcus, campeón olímpico en K1 1.000 en Río 2016, ha cambiado su posición en la embarcación, adelantando su puesto del tercero al segundo: «Fue idea del entrenador y vamos mejor. Empezamos a probar por temas técnicos y la manera de palear, nos convenció ya desde el principio», reseñó el piragüista del Real Club Náutico de Portopetro, una de las bazas seguras de medalla de la representación balear en Tokio.