El 'skater' Jaime Mateu posa para este diario en el Parc de Sa Feixina. | Jaume Morey

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Su presencia iba a ser una de las grandes novedades y alicientes dentro de la representación balear en los Juegos Olímpicos de Tokio. Pero la pandemia y el aplazamiento de la gran cita también dejaron en el dique seco a quien está llamado a ser el primer skater olímpico isleño.

Jaime Mateu (Palma, 1995) ha retomado los entrenamientos tras un confinamiento en el que los técnicos de la Real Federación Española de Patinaje (RFEP) planificaron unos entrenamientos específicos que «sirvieron para mantener la forma, pero es con la tabla con la que realmente tienes las sensaciones», asegura el skater palmesano, que vivió «60 días muy largos» en casa y ahora espera a concretar un calendario con el que reenfocar una clasificación olímpica que tiene apalabrada vía ránking.

Descartando plazas por país, Mateu tiene atada una de las plazas a las que opta España en su debut en la modalidad skateboarding dentro de su vertiente de parque, en cuyo Mundial de 2018 Mateu acarició el podio al finalizar cuarto.

La crisis sanitaria del coronavirus le pilló en un momento clave, «seis días antes de irnos a Perú a un evento de World Skate». Tuvo que cambiar de planes de inmediato, aparcar la tabla y alterar su rutina de trabajo. «Me encontraba lento, con unas agujetas terribles...», confiesa el deportista, que reside en Torrelavega (Cantabria).

Las consecuencias de la COVID-19 han repercutido también en la industria del skateboarding. Mateu ha perdido «dos patrocinadores a consecuencia de la cuarentena y la falta de actividad y negocio y la incertidumbre es importante», admite.

A sus 25 años y ya inmerso en el selecto club de deportistas becados por ADO, Jaime Mateu ha desconectado unos días en Mallorca antes de reiniciar la actividad, condicionada por la pandemia. «Yo ya estaba casi clasificado y ahora tengo que hacer tres pruebas más. El ránking queda como estaba y ahora estoy pendientes de unas competiciones en Perú, Estados Unidos y China», añade el skater, quien tiene claro que «ahora mismo manda la salud por encima de todo. Hay que adaptarse a la nueva realidad».

Eso sí, Jaime Mateu tiene entre ceja y ceja los Juegos de Tokio. Un sueño aplazado al verano de 2021 y que le sirve de «motivación». Pelear por medalla «es posible y si vamos allí, iremos a por todas. En una competición así todos partimos en igualdad de condiciones y he demostrado que puedo pelear con los mejores», asegura un Jaime Mateu que sigue realizando y planeando saltos y movimientos imposibles sobre su tabla a la caza de un sueño olímpico. «Soñar es gratis, y yo lo hago con el oro en Tokio», advierte el skater mallorquín, la gran esperanza de medalla para España en skateboarding.