La regata de referencia del verano mallorquín mantiene en principio sus fechas iniciales, aunque no descarta plantear nuevos escenarios frente a la futura evolución de la crisis sanitaria de la COVID-19. | Ballesteros

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Podría aplazarse a finales de agosto, incluso celebrarse con menos participantes y plantear menos actos sociales. Hasta realizar una discreta entrega de trofeos, pero, por el momento, los organizadores de la 39ª Copa del Rey Mapfre de vela, prevista del 1 al 8 de agosto, no piensan en suspender la prueba.

En 1982, bajo el reinado de Juan Carlos I, se comenzó a celebrar en Palma la Copa del Rey de vela, organizada por la Real Asociación Nacional de Cruceros y el Real Club Náutico de Palma. Un evento deportivo de gran calado con una importante parcela social, que además de dar relieve internacional, supone durante su celebración un importante desfile de personajes famosos de la sociedad y miembros de la Familia Real.

Para el abogado especializado en temas fiscales Emerico Fuster, presidente del Náutico de Palma desde el pasado mes de noviembre, en sustitución de Javier Sanz, será su primera Copa del Rey. «Tenemos, siendo precavidos, un amplio margen de tiempo. Hace unos días hablé con el presidente de Mapfre y la gente de BMW, principales patrocinadores, y tenemos la ilusión de hacer la Copa», asegura Fuster, que se encuentra recuperándose de manera favorable, en su casa, de una intervención quirúrgica.

Prudencia

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A pesar de los malos tiempos que soplan debido a la COVID-19, y a la incertidumbre que conlleva, el director deportivo de la competición, Manu Fraga, asegura que «primero hemos de superar esta crisis, pero en ningún momento nos hemos planteado cancelar la copa. Estamos trabajando en ello y queremos hacerla». El impacto económico del evento ronda los 18 millones de euros. Alrededor de 30 nacionalidades, 130 embarcaciones y cerca de 2.000 participantes se dan cita en el Real Club Náutico de Palma en una cita anual que nunca se ha suspendido.

Por otro lado, Fuster, siempre dentro de la precaución y atento a los cambios tras el confinamiento, señala que «manejamos otros escenarios y adaptarnos a las normas sanitarias debido a la COVID-19, pero por el momento ni tan siquiera nos hemos planteado cancelar la Copa. Hemos de ser cautos. En este momento no hay cambios. Tendremos que esperar un par de semanas más y sabremos cómo nos afecta. Son muchas ganas las que tenemos», comenta Fuster, quien confiesa ser un amante del mar. «He sido más navegante que regatista. Desde hace unos veinte años, junto a mi mujer e hijas, cojo el barco en pleno verano y navegamos hasta Cerdeña», desvela.

Respecto a los participantes, el director deportivo de la Copa, Manu Fraga, añade que «los equipos nos están llamando. Estamos trabajando en posibles escenarios y la conectividad de la gente de fuera, pero siempre primará la seguridad y la salud. A mediados de mayo ya sabremos con más certeza en qué nos afectará todo esto y los ajustes que tendremos que realizar», dice.

Así pues, a día de hoy, la 39ª edición de la Copa del Rey Mapfre sigue en pie y se prevé celebrar del 1 al 8 de agosto.