La campeona del mundo de 49erFX llega al aeropuerto de Palma. | Fernando Fernández

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El oro de Paula Barceló ya está en Mallorca. La regatista isleña, campeona mundial de 49erFX junto a la gallega Támara Echegoyen, aterrizó este martes procedente de Australia, donde el pasado sábado entró en la leyenda de la vela balear y española al conseguir la corona dentro de su clase, además de apalabrar su presencia en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Emocionada, Barceló, quien ya fue campeona mundial juvenil de 470 junto a la catalana Silvia Mas, fue recibida por sus padres, Irene y Fernando; sus abuelos, hermano y compañeros y amigos del Club Nàutic Arenal, con su presidente Óscar Estellers al frente, acompañado por su director-gerente, Ferran Muniesa.

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Tras superar una lesión en el pie, Paula Barceló regresó a las Antípodas para coronarse campeona de Oceanía y, acto seguido, en aguas de Geelong proclamarse campeona del mundo de 49erFX. Ahora, descansará en la Isla unos días antes de regresar a Santander, escala previa a su retorno a Mallorca, donde preparará y competirá en el 51º Trofeo Princesa Sofía-iberostar, donde se dará a conocer la composición del equipo olímpico español para Tokio, en el que Barceló y Echegoyen tienen casi segura su presencia.

«Ha sido algo espectacular, algo que teníamos en mente, que nos acerca más a los Juegos», explicaba Paula, quien tiene claro que «toca seguir luchando como hasta ahora», con la ilusión «de poder participar en los Juegos y hacerlo lo mejor posible». Deja claro que Tokio 2020 «es más una motivación que una ilusión. Sería increíble que hubiera un representante mallorquín en los Juegos después de tantos años y que me tocara a mí», remarcó.

Destaca del 49erFX que es «una clase muy reñida» y no quiere obsesionarse con Tokio 2020, «pues todavía queda trabajo y tiempo por delante para prepararlo y el nivel va a ser altísimo». Y recuerda de su gesta que «cuando ganas, no eres consciente. Para mí ha sido igual o más duro que el Mundial juvenil de 470'. Es algo duro, pero quiero disfrutarlo, porque es algo que pasa una vez en la vida y es un momento para compartir con los míos y todos los que nos han ayudado estos años», añadió Paula.