Imagen de la plantilla y el cuerpo técnico del Urbia Palma posando en el Palau d'Esports de Son Moix. | miquel a. cañellas

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Son Moix ya desprende aroma al mejor voleibol nacional. La Copa del Rey alza hoy el telón en el Palau d’Esports y el Urbia Palma se dispone a apurar el sueño de levantar el título ante su afición. El Ushuaïa Palma y el Arenal Emevé Lugo abrirán el fuego a las 17:30 y a continuación los anfitriones tratarán de pasar su reválida ante el UBE l’Illa Grau para mantenerse en una pelea a la que Marcos Dreyer cree que los suyos llegan «con opciones reales» de levantar el título.

Tres años después de abrazar la gloria, el conjunto de Ciutat quiere reclamar el trono. Con los grandes favoritos Unicaja y Teruel aguardando rival para las semifiales del sábado, los mallorquines están ante una oportunidad. Pocas veces se presenta la ocasión de conquistar un torneo en sólo tres partidos, aunque todo se reduce a esta tarde.

El Urbia es un equipo «hambriento, duro y peleón», según palabras de su propio técnico, que sabe lo que es ganar la Copa del Rey en la pista y desde el banquillo. «La historia de este equipo es muy bonita y más cuando juegas de local. No se da todos los días que puedas entrar en una Copa con la ambición de ganar. Tenemos opciones reales de ganar y de hacerlo en casa», advierte el preparador de los palmesanos, que tiene algunos jugadores con molestias pero confía en disponer de todos a la hora de la verdad.

No hay tiempo para pensar en nada más que no sea el encuentro ante el UBE l’Illa Grau, que arrancará a las 20:00 después de que Ushuaïa Ibiza y Arenal Emevé Lugo pugnen por el billete para la penúltima ronda. Sin margen para dosificar esfuerzos ni reservar energías para lo que pueda venir más adelante, el Urbia Palma encara el encuentro con «ánimo de revancha». La derrota en tierras castellonenses ante su rival de esta tarde no sólo propicia que los locales tengan presente el potencial del rival sino que también les ha espoleado.

La experiencia de muchos integrantes de la plantilla en la competición, el factor ambiental y la mayor adaptación a la pista que se ha instalado sobre el parquet de Son Moix juegan a favor del Urbia Palma, que tendrá que gestionar la responsabilidad de querer hacerlo bien ante su gente. «No hay excusas», señala el propio Dreyer, que en las horas previas trata de canalizar en positivo todos los factores y detalles que envuelven el debut.

Los anfitriones encaran el duelo después de haber sufrido su primera derrota en Son Moix en mucho tiempo ante el Vecindario. El técnico de los palmesanos extrajo una lectura positiva del tropiezo al subrayar la capacidad de reacción mostrada por los suyos después de ceder las dos primeras mangas. Revertir la dinámica durante el partido es algo que había penalizado al Urbia en anteriores ocasiones, pero la respuesta ofrecida ante los canarios pese a la derrota final avala el espíritu competitivo de un bloque que se ha conjurado para ofrecer su mejor versión en su centro de operaciones habitual.

En el siglo XXI Son Moix ha sido escenario en dos ocasiones de la competición, ya que el Palau d’Esports albergó las Copas del Rey de 2004 y 2007 coronándose el Arona Tenerife y el Unicaja Almería respectivamente. Los hombres de Marcos Dreyer tratarán de que la tercera sea la vencida y que el título se quede en Palma, que puede presumir de un notable palmarés en la competición.

El club conquistó su último entorchado copero en 2017 en Leganés en una agónica final ante el Teruel bajo la denominación de Can Ventura. Históricamente el Son Amar presume de ser uno de los equipos más laureados de la competición con siete títulos en su primera etapa (1982, 1984, 1986, 1987, 1988 y 1990) y otros dos trofeos en una segunda etapa (2005 y 2006). Hoy arranca otra Copa para soñar en la que el Urbia aguarda el ambiente de las grandes ocasiones para seguir creciendo.