Alberto Salazar, en una imagen captada durante el Mundial de Pekín. | Phil Noble

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El entrenador estadounidense de atletismo, Alberto Salazar, quien entrenó al cuatro veces campeón olímpico inglés Mo Farah y a otros atletas destacados, fue suspendido cuatro años, como parte de un caso investigado por la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA por sus siglas en inglés).

El máximo organismo antidopaje comunicó este lunes que un panel de arbitraje tomó una decisión sobre el castigo para Salazar y el endocrinólogo Jeffrey Brown, por varias infracciones, incluida la de poseer y traficar testosterona mientras trabajaban en el Nike Oregon Project (NOP), un centro donde entrenaban atletas de elite. Brown realizó trabajo de consultoría para el NOP, y era médico personal de algunos deportistas.

Tras una investigación de cuatro años por parte de la USADA, que comenzó después de que la BBC dio detalles de algunas prácticas de Salazar, incluidas infusiones de un complemento alimenticio legal, llamado L-carnitina, que supuestamente mejora el rendimiento atlético, fue cuando se encontró la evidencia de dopaje.

La cadena británica añadió que la maratonista Kara Goucher y Steve Magness, un exentrenador del NOP, figuraron entre los testigos que dieron evidencias en el caso.
La USADA informó que había recibido información de 30 testigos en los que se evidencia toda la trama de dopaje que existía y en a que estaba involucrado el propio Salazar.

La federación de atletismo de Gran Bretaña abrió su propia investigación sobre Salazar y dio a Farah, quien compite por ese país, el permiso para seguir trabajando con el entrenador. Farah se separó de Salazar en el 2017, bajo el argumento de que quería volver a su país.

Salazar, nacido en Cuba, entrenó también a Galen Rupp, medallista de plata en los Juegos Olímpicos de 2012. Rupp y Farah han negado vehementemente cualquier acto indebido.
La USADA informó que se había basado en más de 2.000 evidencias entre los dos casos, y que los procedimientos incluyeron 5.800 páginas de transcripciones.

«Los atletas en estos casos encontraron el coraje para hablar y exponer finalmente la verdad», dijo el director general de la USADA, Travis Tygart. «Mientras trabajaban en relación con el Nike Oregon Project, el señor Salazar y el doctor Brown demostraron que para ellos ganar era más importante que la salud y el bienestar de los atletas a quienes juraron proteger».