Mateu Cañellas posa en su espacio de trabajo en la Fàbrica Ramis de Inca. | MIQUEL A CANELLAS

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El atletismo es su pasión y la investigación una forma de seguir vinculado al deporte que se lo ha dado todo. Mateu Cañellas dejó atrás su etapa como deportista de élite, y tras un breve paso por la política, llegando a ser conseller d’Esports del Govern, ha focalizado toda su pasión en el área de desarrollo y tecnificación de la Real Federación Española de Atletismo, que encabeza.

Y uniendo fuerzas con su amigo Miguel Vélez, director de análisis y soporte al rendimiento, han creado una herramienta tecnológica de detección y desarrollo llamada a revolucionar el panorama del atletismo español. Y quién sabe si del deporte en general, pues en el CSD han mostrado su admiración por la labor desarrollada en buena parte por el inquer y plantea la opción de trasladarla a otras federaciones y modalidades.

«Es un proceso en sí dentro de un núcleo tecnológico», explica Cañellas sobre su creación, un complejo programa que permite acumular información sobre los deportistas desde temprana edad y hasta su llegada a la alta competición. Se realizan monitorizaciones con diferentes parámetros que ofrecerán «una información a largo plazo de cómo ha evolucionado la capacidad física» del atleta.

La idea es expandir a todas las áreas y edades esta herramienta, con el fin de establecer estrategias de crecimiento que derivarán en métodos de entrenamiento para obtener el mayor rendimento y la mejor preparación.

El proceso se cimenta sobre una base de datos y un sistema de análisis y gestión de los mismos con jóvenes atletas, aportando grandes dosis de información a los entrenadores.

También se fijan estrategias de ‘coaching’, psicología, nutrición y apoyo médico, «creando una línea de información constante y circular para técnicos y deportistas», añade Cañellas, quien lo define como «un proceso basado en la recogida, gestión, análisis e implementación de datos.

La colaboración con universidades de España, Estados Unidos, e incluso con Australia, permiten que este singular ‘big data’ creado en parte desde Mallorca invite a soñar de cara a un futuro quizás no muy lejano.