Sofía Toro y Ángela Pumariega posan junto a su embarcación de 470 en s’Arenal. | Pere Bota

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Tocaron el cielo en Londres 2012, pero la eliminación del programa de su clase les hizo reiniciar su sueño olímpico. Dos de las tres integrantes del Match Race Elliott 6 campeón en Weymouth han vuelto a unir sus destinos rumbo a un objetivo común. Tokio 2020 es la ilusión, el motor que une a la gallega Sofía Toro y a la asturiana Ángela Pumariega. Ellas, junto a Támara Echegoyen, dieron a la vela española su último metal en unos Juegos, y tras un complejo ciclo rumbo a Río, en el periplo 2016-2020 comparten otra vez embarcación.

Pasado
Esta vez es el 470, una clase en la que España ha tocado el cielo en más de una ocasión, el que centra sus esperanzas. «Hay mucho nivel, tres equipos con opciones», advierte Toro, a la par que su compañera recuerda que «no partimos de cero, aunque sí con la ilusión de volver a regatear en unos Juegos», dice Pumariega.

«Nos quedamos sin equipo, sin barco tras Londres... Sin nada. Perdidas. Si hubiera seguido el Elliott, estaríamos en lo más alto del ránking, con todos los apoyos posibles. Ese cambio fue drástico en muchos aspectos», explica con la perspectiva del tiempo Sofía Toro, poseedora de la triple corona y patrona del 470 con más quilates que presenta España, y que estos días entrena en s’Arenal, pensando en el Trofeo SAR Princesa Sofía, «una prueba que a las españolas nos motiva especialmente. Por su historia y la calidad de la flota», dice Pumariega.

La experiencia de Sofía y Ángela «es un plus respecto a otras embarcaciones», más con un ciclo olímpico de adaptación ya cumplido. «Tokio es el objetivo. El nuestro y el de todas», una meta que pasa por el próximo Mundial, ya clasificatorio. Y allí, Pumariega y Toro quieren dar otro paso hacia el reto que les ha unido de nuevo.