El campeón olímpico mallorquín Marcus Cooper Walz y su compañero Dani Binimelis antes de iniciar un entrenamiento, en el Real Club Náutico de Portopetro. | Fernando Fernández

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Marcus Cooper Walz, oro en Río en K1 1.000 metros ya prepara el entrenamiento en Alcúdia y Portopetro, junto a Dani Binimelis, y con una meta: Tokio 2020.

Quedan casi cuatro años para los próximos Juegos, pero el palista del Real Club Náutico de Portopetro traza un ambicioso libro de ruta. La defensa del oro en K1 1.000 metros se amplía al desafío de conducir al podio olímpico al K4, 1.000 o 500. «Eso queda lejos, en 2018 o 2019, pero empiezo a prepararme», asegura Marcus.

Sesiones de gimnasio y agua componen la agenda de Marcus Cooper estas primeras semanas de pretemporada, que deben llevarle a los selectivos y al Mundial de Racice (República Checa, 23 a 27 de agosto de 2017) en el punto de forma ideal para estar entre los mejores. «Es una presión positiva la que me ponen y me pongo. Soy el primero que se va a exigir».

Tras unas semanas en las que homenajes, actos promocionales e institucionales y demás reconocimientos han hecho «que cueste un poco más arrancar, pero vale la pena disfrutar el momento».