Sissokho posa junto a quienes acudieron a Son Sant Joan a recibirle. | Fernando Fernández

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Tal vez el aeropuerto de Son Sant Joan fue testigo este miércoles del recibimiento más singular que a un deportista se le ha brindado. La lista es amplia, pero en la llegada del boxeador mallorquín Youba Sissokho se mezclaron las emociones, las lágrimas y la felicidad con un componente musical que hizo más especial un regreso convertido en una improvisada fiesta en la misma terminal.

Tras obtener hace seis días la clasificación para los Juegos Olímpicos de Río en el peso welter (-69 kilos), Sissokho ha vuelto a Mallorca para descansar unos días, antes de iniciar el tramo final de su puesta a punto para la gran cita, un objetivo por el que lleva luchando desde sus inicios en los cuadriláteros, y que se hizo realidad en Vargas (Venezuela), tras doblegar al hindú Neerj en el último combate.

Histórico

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Junto a Samuel Carmona, el púgil mallorquín representará a España en el torneo olímpico de boxeo, lo que supone el regreso 68 años después (Londres 48, Jim Oliver) de un deportista balear a unos Juegos dentro de esta modalidad.

Sissokho tocando junto a su padre y amigos.

En Son Sant Joan le esperaban sus amigos más próximos, su padre, otros púgiles y aficionados que felicitaron y emocionaron a un Youba Sissokho al que se le escaparon lágrimas de alegría y felicidad, arrancándose junto a su padre y un amigo a tocar un instrumento típico del país donde radican sus raíces y él nació, Senegal.

Sissokho tuvo palabras de agracetimiento para todos ellos, y también para los técnicos Rafa Lozano y Carlos Peñate. Ahora, cargará pilas con su gente en Mallorca y pondrá la directa hacia Río 2016. Objetivo cumplido.