La tenista hispano-venezolana Garbiñe Muguruza, vigésima en el ránking de la WTA, se clasificó este jueves en Wimbledon para su primera final de Grand Slam al derrotar a la polaca Agnieszka Radwanska, cabeza de serie número 13, por 6-2, 3-6 y 6-3, en una hora y 55 minutos. | Reuters

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La tenista hispano-venezolana Garbiñe Muguruza, vigésima en el ránking de la WTA, se clasificó este jueves en Wimbledon para su primera final de un Grand Slam al derrotar a la polaca Agnieszka Radwanska, cabeza de serie número 13, por 6-2, 3-6 y 6-3, en una hora y 55 minutos.

En la pista central del All England Tennis Club, Muguruza, nacida en Guatire (Venezuela), se convirtió este jueves en la primera española en llegar a la final del «major» británico en 19 años, desde que lo hiciera Arantxa Sánchez-Vicario en 1996.

A sus 21 años, la más joven de las cuatro semifinalistas en La Catedral se medirá a la estadounidense Serena Williams, número uno del mundo, derrotó por 6-2 y 6-4, en una hora y 18 minutos, a la rusa Maria Sharapova.

El juego de Garbiñe, cuyo mejor resultado hasta ahora en un Grand Slam fueron los cuartos de final en Roland Garros (2014 y 2015), ha dado un salto de calidad sobre la hierba londinense, una superficie en la que apenas había disputado 19 encuentros antes del partido de este jueves.

«Cuando empecé la gira de hierba solo pensé en querer sentirme poderosa en la pista. Quería entrenar eso, no en tener que jugar contra la pista. Ahora me siento más cómoda y voy ganando más partidos», explicó la de Guatire a comienzos de semana.

En su camino a la final en Londres, Muguruza se ha deshecho de dos 'top-10', como son la danesa Caroline Wozniacki (6-4 y 6-4) y la alemana Angelique Kerber (7-6(12), 1-6 y 6-2), además de Radwanska, finalista de Wimbledon en 2012, la suiza Timea Bacsinszky, la croata Mirjana Lucic-Baroni y la estadounidense Varvara Lepchenko.

La hispano-venezolana, la nueva «Spanish sensation», como la definen en Wimbledon, no acusó el miedo escénico en la central de La Catedral y salió en modo arrollador ante una «Aga» que perdió su servicio en el primer juego del encuentro.

La tenista de Cracovia, a la que solo le habían hecho ocho «breaks» en todo el torneo, sufrió dos rupturas en el primer set ante una Garbiñe intratable con su saque.

En apenas 34 minutos, la española, que se ha garantizado ser 'top-10' con su pase a la final, se llevó la primera manga por un contundente 6-2 ante una Radwanska superada en todos los aspectos del juego (19 golpes ganadores de Garbiñe por 6 de «Aga").

«Sabía que el partido iba a ser muy duro. Comencé muy bien, pero me puse algo nerviosa en el segundo set. Ella es una jugadora muy experimentada y ahí se notó», dijo una radiante Garbiñe al ser entrevistada tras el partido.

El encuentro se igualó en el segundo set: la polaca varió su tenis, mejoró en defensa -su fuerte-, le devolvió el «break» inicial a Garbiñe e hizo que su rival aumentara de forma considerable el número de errores no forzados (ocho).

La española acusó los nervios y las prisas en esta manga frente a una Radwanska pausada y calculadora. Tras liderar el segundo set por 3-1, Garbiñe encajó cinco juegos consecutivos para caer por 6-3 y mandar el encuentro a la tercera y definitiva manga.

Bajo la atenta del exfutbolista David Beckham, un asiduo del barrio de SW19, Garbiñe consiguió mantener la calma y darle una marcha más a su juego ante la defensa tenaz de «Aga».

Con 5-3 y servicio, el partido se decidió tras una mala recomendación del «box» de Radwanska, que pidió el Ojo de Halcón para una bola buena de Garbiñe.

En su primer punto de partido, la joven remató el encuentro y reservó su plaza para optar a su primer título de Grand Slam, donde espera vestirse de Conchita Martínez, la única ganadora española en el All England Tennis Club, en 1994.

«No tengo palabras para explicarlo. He trabajado toda mi vida para conseguir esto, jugar la final va a ser un sueño. Conchita ganó aquí y yo quiero ganar también el próximo sábado», afirmó Garbiñe, a la que le esperan 24 horas frenéticas antes del partido más importante de su todavía corta trayectoria.