El diploma olímpico y subcampeón de Europa en la modalidad de C-1 200 metros, Sete Benavides, en el Port d’Alcúdia. | Pere Bota

TW
1

Desde la mañana del sábado 11 de agosto de 2012, la mente de Sete Benavides (Pollença, 9 de marzo de 1991) solo tiene en mente un objetivo: Río 2016. La cuarta plaza en los Juegos de Londres le dejó una espina clavada que quiere sacarse en aguas brasileñas, aunque la senda está siendo larga y compleja.

Por el camino, medallas en Europeos y Mundiales absolutos y Sub 23, triunfos en la Copa del Mundo y demás éxitos a escala nacional que consolida al palista del Real Club Náutico del Port de Pollença y pupilo de Kiko Martín como la gran referencia estatal dentro de la especialidad de canoa C-1 200 metros, aunque por detrás ascienden potenciales oponentes como el gallego Adrián Sieiro.

Tras un 2014 que deja un triunfo en la Copa del Mundo, el subcampeonato de Europa y la cuarta plaza en el Mundial de Moscú, Sete Benavides ya trabaja a fuerte ritmo en las aguas del Lago Esperanza para preparar una temporada decisiva en su carrera deportiva. Pese al frío, Benavides y su canoa Nelo ya se dejan ver por las aguas del Lago Esperanza.

La primera piedra de toque seria será el 7 de marzo, en Trasona. Allí aguarda un selectivo que trazará su camino a lo largo del año. Las Copas del Mundo de Montemor-o-Velho (Portugal) y Duisburgo (Alemania), en la segunda quincena de mayo, el Europeo de la República Checa y un premio añadido como son los primeros Juegos Europeos, que se celebran en Bakú (Azerbaiyán), el próximo mes de junio, son algunas de sus escalas.

Pero la competición marcada en rojo, junto al selectivo nacional, llegará el mes de agosto. En Milán, donde este 2014 venció en la Copa del Mundo, se disputará un evento al que Sete tiene ganas. En primer lugar, por la ambición de ser el mejor del planeta en C-1 200 metros. Pero también, porque el Mundial de 2015 concederá las primeras plazas para Río 2016.