Las fuerzas de seguridad precintaron el Estadi Balear en junio de 2013. | M. À. Cañellas

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La junta directiva de la comunidad de propietarios del Estadi Balear ha decidido aparcar del todo el proyecto de reforma de la histórica instalación de la Vía de Cintura.

Los propietarios del Estadi, que el pasado 17 de junio habían establecido un protocolo de actuación para desbloquear la situación del campo, se han visto obligados a archivar el proyecto, básicamente, por la falta de movimiento que el mismo había generado y por lo que consideran una «tibia respuesta del grueso del accionariado».

En principio, el plan ideado pasaba por una derrama de 300 euros por cada uno de los títulos del estadio, pero casi medio año después de abrir esa puerta apenas se han movilizado un centenar y medio de accionistas (144, concretamente) que han reportado poco más de 42.000 euros. Una cantidad ínfima teniendo en cuenta que el coste del proyecto supera los 600.000 euros y que la idea en esta primera fase era reunir al menos una tercera parte para poder iniciar los trabajos, que se podrían haber completado después con la ayuda de la publicidad y de otros ingresos externos. Además de la escasa respuesta de sus accionistas, la comunidad de propietarios también achaca el prematuro final del proyecto a la «nula colaboración de las instituciones».

El Estadi Balear lleva cerrado desde junio de 2013, después de que los informes realizados por el departamento de Urbanisme del Ajuntament de Palma forzaran su clausura por una serie de deficiencias aparentemente graves.