El palista balear Marcus Cooper (i) llega segundo a la meta tras el vigente subcampeón mundial de K-1 1.000 metros, Ken Wallace (d) en la semifinal en la que ambos han logrado su clasificación para la final de la prueba de K-1 500 metros del XLI Campeonato del Mundo de Piragüismo que se disputa en Moscú. | Carlos Román

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El palista mallorquín Marcus Cooper, que este viernes ha logrado la clasificación para disputar la final del K-1 500 en el Mundial 2014 de Piragüismo que se disputa en Moscú, ha declarado que a él mismo le sorprendió su exhibición en la eliminatoria y ha dicho que «si todo sale perfecto» puede «rascar medalla».

El mallorquín, que ha ganado con autoridad la eliminatoria -1m.37s.948- y logrado el segundo puesto -1m.37s.253- en la semifinal que lideró durante buena parte del recorrido para reservar fuerzas en el último tramo, en el que fue rebasado por el australiano Ken Wallace, actual subcampeón mundial de K-1 1.000 y medalla de bronce en K-1 5.000 metros.

Ha reconocido que su triunfo en la eliminatoria le ha sorprendido a él mismo, «no sólo por haber ganado, sino por el buen tiempo», y respecto a la semifinal ha asegurado que espera que hubiera sido «más difícil de lo que fue».

Marcus Cooper Walz, hijo de padre inglés y madre alemana, afincado en Mallorca desde que contaba unos meses, ha revelado que tiene «bastante entrenado que en la distancia de 500 metros hay que salir muy fuerte porque una vez que te quedas atrás es ya muy difícil remontar».

«Podía haber salido más fuerte pero eso me lo reservo para la final», ha manifestado el kayakista, consciente de que lograr una medalla «va a costar muchísimo» aunque adelanta que será su objetivo.

El español, que ha mostrado su satisfacción por poder luchar por una medalla en su primera participación en una cita mundialista, a la que llega con 19 años, ha puntualizado que el K-1 no es actualmente una prueba olímpica.

Entre sus preferencias ha citado indistintamente las embarcaciones de K-1 y K-4 y sobre las distancias ha revelado favoritismo por los 1.000 metros sin desestimar los 500.

En una prueba olímpica de referencia, el K-4 1.000 metros, ha inscrito su nombre el mallorquín como integrante en categoría júnior de la embarcación que en 2011 se proclamó campeona del mundo, que completaban el asturiano Javier Cabañín, el murciano José Javier Cano y el ceutí Juan González.

Cooper ha alabado el «impresionante» recinto deportivo que acoge el Mundial 2014 en la capital rusa. «Me han contado que ya estaba bien pero que lo han remodelado, con una importante inversión económica, que nos permite disfrutar de un lugar perfecto para competir y entrenar», ha añadido.

Ha bromeado sobre el único inconveniente que ha encontrado en el que fuera campo de regatas sede de los Juegos Olímpicos de Moscú'80, en el que propondría que «no hubiera tantas avispas».

Respecto a los palistas que ha tenido como ídolos, ha reconocido que «solía admirar mucho los finales rápidos», a aquellos «capaces de ganar las pruebas en los últimos metros» como el noruego Eirik Veras Larsen, campeón olímpico de K-1 1.000 metros en Londres, y el actual campeón mundial de K-1 500, el alemán Tom Liebscher.

En el ámbito nacional ha revelado su admiración por su compañero de entrenamientos el talaverano Paco Cubelos, un palista que atesora «cualidades increíbles» al que, entre risas, apunta que intenta disputarle la plaza del K-1 1.000.

El K-1 500 de Cooper ha sido titular de una de las cuatro embarcaciones que la selección española de piragüismo de aguas tranquilas ha clasificado hoy para las finales de 1.000 y 500 metros del Campeonato del Mundo, en el que ya ha asegurado ocho finalistas, a falta de la disputa de las semifinales de 200 metros.