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Sporting 2 - 0 Lugo

Sporting: Cuéllar, Lora, Luis Hernández, Bernardo, Canella, Mandi, Santi Jara (Guerrero, m.72), Sergio Álvarez, Isma López, Lekic (Alex Barrera, m.60) y Scepovic (Mendy, m.87)

Lugo: Dani Mallo, De Coz (Pablo Sánchez, m.69), Pavón, Jorge, Manu, Víctor Díaz, Pita (Álvaro Peña, m.58), Seoane (Sergio Rodríguez, m.79), Iago Díaz, Rafa García y Renella.

Goles: Isma López, m.37: 1-0; Scepovic, m.86: 2-0.

Árbitro: Valdés Aller. Mostró tarjetas amarillas a Lekic (m.47), Pita (m.50), Manu (m.76), Rafa García (m. 80)

El Sporting rompió su racha negativa al superar a un inoperante Lugo en un partido que careció de intensidad y un mínimo ritmo y en el que los gijoneses se aprovecharon de sendos fallos en el despeje de los lucenses para marcar sus dos goles.

Sandoval apostó por un claro 4-4-2 para dar entrada a los dos delanteros serbios juntos, algo demandado por la afición reiteradamente y que generalmente dio buenos resultados las anteriores veces que los alineó.

Sin embargo, el problema surgió con el estado físico de Nacho Cases, el único centrocampista de la plantilla rojiblanca que mueve el balón con criterio ofensivo, y al que Sandoval dejó en el banquillo, decisión que el equipo notó considerablemente.

En ausencia de Cases, fue Sergio Álvarez, un hombre de contención, el que trató de mover el balón, pero se notó que no está habituado a esa misión, al igual que Mandi, que tampoco aportó nada en ese sentido.

El Lugo no apretó en la parcela central, en la que se producían grandes huecos que ninguno de los dos equipos era capaz de aprovechar porque, entre otras cosas, el ritmo de juego era pausado y las precauciones muchas.

Con todo, fue el Sporting el que más dominó el balón y más se acercó al área rival, pero sin crear ocasiones claras.

La primera fue de la mano de Isma López, que se internó por la banda izquierda y disparó alto sin ver a su compañero Scepovic, mejor situado.

Lekic, de cabeza, remató fuera, como segunda ocasión local, mientras que para el Lugo, un remate de Manu alto fue su primer intento ofensivo en unos minutos llenos de imprecisiones y pérdidas de balón por parte y parte.

Los lucenses realizaron muy bien el fuera de juego, en el que cayeron constantemente los asturianos que seguían intentándolo sin éxito porque en un par de ocasiones el central Jorge estuvo muy atento y solucionó situaciones comprometidas para su equipo.

El Sporting se adelantó en el marcador en un remate de Isma López, que recogió varios rechaces para batir a Dani Mallo cuando la defensa gallega pedía un inexistente fuera de juego.

El gol no evitó que el público protestara en varias ocasiones el juego de su equipo, perdido en el centro del campo, aunque sin pasar problemas en defensa, algo no muy habitual en los rojiblancos.

Si en la primera parte el ritmo de juego fue de lo más relajado, en la segunda disminuyó aún más con el balón transitando generalmente muy lejos de las respectivas porterías y muchos parones que impedían una mínima continuidad.

La única ocasión en los primeros minutos la erró Lekic, que no supo aprovecharse de un error en el despeje de la zaga lucense, aunque en su descargo hay que reconocer que no podía esperar que el balón tomase la trayectoria que tomó.

Los pitos volvieron a la grada después de muchos minutos de total inoperancia en el terreno de juego, a pesar de los cambios realizados por los dos entrenadores.

Pablo Sánchez, en el primer balón que tocaba tras entrar por De Coz, remató fatal cuando se encontraba completamente solo y a tres metros de la portería, lo que levantó una nueva oleada de protestas y que entre los rojiblancos aumentasen los nervios y las imprecisiones.

Al Sporting le quemaba el balón y el Lugo no supo aprovecharse de ello porque estuvo inoperante en ataque, en una muestra más de por qué es el equipo menos goleador de la categoría.

En medio de la nada llegó el segundo gol rojiblanco, obra de Scepovic, que se aprovechó de un gran fallo en el despeje del central Jorge para batir por bajo a Dani Mallo y poner tranquilidad en la grada cuando apenas quedaban cinco minutos, aunque en ellos Pablo Sánchez tuvo tiempo de estrellar un balón el poste.