Los jugadores del Real Madrid celebran la clasificación para la final de la Copa. | Efe

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Real Madrid 98 - 66 CAI Zaragoza

98 - Real Madrid (22+32+23+21): Llull (12), Rudy (16), Darden (-), Mirotic (15) y Bourousis (4) -cinco inicial-, Draper (7), Reyes (11), Díez (-), Rodriguez (13), Carroll (12), Slaughter (6) y Mejri (2).

66 - CAI Zaragoza (15+22+13+16): Llompart (4), Roll (4), Rudez (11) ,Sanikidze (7), Shermadini (19) -cinco inicial-, Jones (6), García (-), Stefansson (7), Tomás (4), Tabu (-) y Fontet (4).

Arbitros: Daniel Hierrezuelo, Miguel A. Pérez Pérez y Carlos Cortés.

El Real Madrid demostró su gran momento de forma y juego, y cumplió con los pronósticos y disputará la final de la Copa del Rey al imponerse con claridad al CAI Zaragoza (98-66), que solo pudo mantenerse en liza durante el primer cuarto.

El conjunto de Pablo Laso se despegó cuando incrementó la intensidad defensiva, ante un conjunto que abusó sin éxito del tiro exterior, pero que encontró mejor rendimiento cerca del aro.

El partido no comenzó con un Real Madrid tan contundente como lo hizo en su choque de cuartos ante el Herbalife, aunque el cuarto inicial acabara con un 22-15 para los de Laso, máxima ventaja hasta el periodo.

Antes, el CAI Zaragoza había creado muchos problemas a un equipo fallón en ataque, con 6 de 19 en tiros de campo, y que daba muchas felicidades en defensa a un conjunto aragonés que era dueño del rebote.

Nada que ver con lo sucedido en los segundos diez minutos. El Real Madrid comenzó a defender con intensidad, lo que lo proporcionó numerosos robos de balón y sus correspondientes contraataques. Como además el equipo de Abós insistía sin acierto en buscar los triples que acabaron con el Unicaja (1 de 9), la diferencia fue aumentando hasta llegar a 25 puntos (48-23).

Solo una racha final de acierto ofensivo del CAI redujo la diferencia e impidió que el choque quedara sentenciado al descanso (54-37).

Pero si había alguna duda, ésta quedó pronto resuelta con un parcial de 11-0 para el equipo blanco, que jugaba con comodidad y solo presentaba alguna deficiencia en la defensa bajo el aro donde el CAI le hacía daño, sobre todo por medio de un Shermadini que intentaba mantener a su equipo. Insuficiente para un Madrid en racha que, ahora sí, dejaba sentenciado el choque (77-50). Poco quedaba para el último periodo, a pesar de que el CAI nunca tiró la toalla, más que saber el resultado final.