El podio de una de las entregas que tuvo como vencedor al incombustible Juan Fernández, el rey del Puig Major y una figura imprescindible para entender la larga historia de la gran clásica del automovilismo mallorquín.

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El deporte balear no sería lo mismo sin un evento que ha marcado un punto de inflexión. Medio siglo después de aquel lejano 1963, la Pujada al Puig Major sigue siendo cita obligada para los aficionados al automovilismo, que durante estos 50 años han podido disfrutar desde la cuneta del concurso de algunos de los grandes referentes de la montaña en un evento que sigue en vigor dentro del Campeonato de Balears, pero que lucha para regresar al calendario del nacional e incluso llegó a ser puntuable para el Europeo en los años 1979 y 1980.

Para celebrar esta especial onomástica, la Escudería Serra de Tramuntana y Clàssics de Mallorca llevarán a cabo este sábado (entrenos desde las 9:30 y dos subidas a partir de las 14 horas) una subida en la que los vehículos clásicos serán los grandes protagonistas.

Éxito

Un centenar de inscritos son la mejor muestra de la aceptación que ha tenido el homenaje popular a la primera gran cita del automovilismo isleño, reservada en esta oportunidad a vehículos anteriores al 31 de diciembre de 1988, que se dividirán en Regularidad FIVA-FEVA, Rally Sport, Super Sport y Competición.

Las cunetas volverán a llenarse de buenos seguidores del deporte del motor, que vivirán una jornada marcada por la emotividad del concurso de auténticos clásicos del automovilismo que volverán a recorrer el histórico trazado de ascensión de la, en los orígenes de la cita ‘Cuesta Puig Major’.

Esta larga singuladura ha permitido disfrutar de máquinas de los mejores fabricantes del planeta. Porsche, Alfa Romeo, Ferrari, Lotus, Jaguar, BMW, Brabham, Lola, Osella, Seat, Fasa-Renault, Simca o Selex han dejado su huella en un Puig Major que, desde 1963 ha dibujado un palmarés enorme.

Salvador Fábregas, a los mandos de un Porsche 356 Carrera, fue el primer vencedor de la competición, en la que un nombre destaca por encima del resto. Juan Fernández y sus quince victorias marcan un hito difícil de alcanzar, aunque cabe tener en cuenta a otras personas que han ligado su nombre al devenir del evento, como los carismáticos Leiff Butenhoff, Helmut Kalenborn, Gaby Grau, Luis Martínez, Jean Louis Bos, Jean Claude, Engenio Baturone, Sebastián Perelló o Pierre de Siebenthal, pioneros de la ascensión.

Reconocimiento


A una larga nómina de personales imprescindibles cabe unir la de un piloto que ha hecho historia más allá de la Isla. Pedro Roca, tetracampeón de España de montaña (CM) también ha inscrito de manera notable su nombre en la hoja de servicios de la clásica mallorquina, merced a sus triunfos en las ediciones de 2006, 2007 y 2010.
Otro nombre a tener en cuenta es el de uno de los animadores por excelencia del evento. Andrés Vilariño es el ganador de las dos últimas entregas, además de conseguir el récord absoluto de la prueba (1:59.141, en 2012), rompiendo el dominio local que habían imprimido los Lozano, Roca, Arrabal o Moll en las últimas entregas. Todos ellos han aportado su grano de arena para que el Puig Major cumpla 50 años en plenitud de facultades.