Melanie Costa, en el centro, rodeada de algunos de los seguidores que han ido a recibirla en el aeropuerto. | Teresa Ayuga

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Después de una temporada llena de éxitos, llega el momento de disfrutar de lo conseguido. La mallorquina Melanie Costa (Palma, 1989) regresó muy contenta a la isla para «descansar, ir a la playa y estar con la familia». «No voy a nadar», dijo la medallista, que fue recibida por un gran número de conocidos. Unas vacaciones muy merecidas, ya que no le bastó con proclamarse subcampeona del mundo de los 400 metros libres en el Mundial de Barcelona, sino que cosechó tres medallas más (una plata y dos bronces) en dos citas de la Copa del Mundo.

Barcelona


Melanie no tiene ninguna duda en decir cuál es el metal más importante. «El del mundial claro, lo es todo. Es una alegría inmensa después de tantos años de trabajo», afirmó la subcampeona del mundo. Un resultado muy especial ya que mejoró en cuatro segundos su mejor marca.


Además, tuvo la oportunidad de conseguirlo en casa y explicó que «es increíble porque había muchísima gente y animaban todos a la vez. Es una forma de recompensar a todos los que han pagado y te han venido a ver, es muy bonito para todos».
Con estos recientes logros, la mallorquina se mete de lleno dentro de la élite de la natación. Una situación que «es muy divertida ya que antes de las competiciones te miras con las rivales y piensas quién va a ganar».
Pero no todo son alegrías, y Melanie se lamentó de la falta de soporte económico recibida para afrontar la competición. «Es lo que hay, pero las ganas de competir y hacerlo bien pueden con todo», comentó la nadadora.