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Siete pruebas, siete oros. Sobre el guión previsto, la todopoderosa Rusia cerró la competición de natación sincronizada subiendo también a lo más alto del cajón en el combo, donde España logró la séptima medalla en estos campeonatos -cuatro de bronce y tres de plata- al ocupar la segunda posición. Tercera fue Ucrania, que aprovechó la ausencia de China en las modalidades por equipos en estos Mundiales de Barcelona para arañar tres bronces históricos para una selección con una trayectoria al alza.

De este modo, las españolas cierran la competición cumpliendo con el objetivo que se habían propuesto en un principio: conseguir los siete metales que no pudieron lograr en Shanghái 2011, cuando se les escapó la medalla en el combo, precisamente la prueba que nadaron ayer. Cinco de las siete preseas conquistadas en el Palau Sant Jordi han contado con la participación de la mallorquina Marga Crespí, que ha asumido el relevo de Andrea Fuentes en las pruebas de dúo. La nadadora del Mediterránea se despide así de la competición con tres bronces y dos medallas de plata.

De nuevo sin sus ‘Svetlanas’ -Romashina y Kolesnishenko-, Rusia volvió a nadar por encima de los 97 puntos (97,060). Esta vez, al ritmo de un popurrí de música clásica lleno de fuerza que no dio un respiro a las estelares nadadoras rusas, como siempre, coordinadas, precisas y técnicamente impecables durante toda la ejecución.

Superioridad rusa

Ante la inapelable superioridad rusa, España, que se sabía plata desde que hace seis días lograra la segunda mejor nota en el preliminar, salió con una única consigna: echar el telón a la competición divirtiéndose y divirtiendo al público del Sant Jordi.

Las ucranianas, con otra coreografía de corte clásico, ya habían nadado y no se acercaban de lejos a los 94 puntos (93,350). El segundo puesto del cajón no peligraba, así que se trataba sólo de disfrutar.

El combo, la rutina en la que se fusionan el solo, el dúo, y el el equipo, es la modalidad más libre y artística de la natación sincronizada y una de las que más gusta al público. Y las chicas de Esther Jaumà lo aprovecharon para regalar al respetable un número frenético ayudadas por el ‘Rey del Rock’. Su interpretación de una coreografía de Elvis Presley, basada en la de un espectáculo que se puede ver actualmente en Las Vegas, desató la locura en el Sant Jordi.
Y, al final, las casi 9.000 personas presentes en el recinto acabaron dando palmas y moviendo la cadera como si en lugar de asistir a una competición deportiva estuviera disfrutando de un concierto ‘rock & roll’.

Pese a que esta era una de las nuevas coreografías que Jaumà ya había advertido que aun estaban algo verdes, España mejoró en más de medio punto la calificación de la preliminar y recibió de los jueces un 94,620 que la confirmaba como subcampeona mundial de la modalidad.

Vibrante

Con volteretas, Ona como estrella haciendo de Elvis, marcándose un ‘lento’ con Crespí después, y un éxtasis que llegó con el A little les conversation, a little more action, las chicas se agradecieron a ellas mismas su entrega en estos Mundiales con un ejercicio en que se notó que estaban pasándolo en grande y dando las gracias a un público completamente entregado a la causa.

De hecho, haciendo cosa de uno de los grandes ‘hits’ de Presley, dieron más acción que nunca a su ejercicio, que es de los nuevos junto al solo libre de Ona Carbonell y la rutina libre por equipos, y mostraron que pese a contar con muchas novicias el futuro está asegurado, con varias piruetas fuera del agua y grandes acciones en las que enlazaron sus cuerpos yendo de un movimiento al otro.

Vinieron a por siete medallas y con siete medallas se van estableciendo un registro para los libros de historia de este deporte en España. Tras una transición convulsa en la que el equipo se quedó sin su entrenadora, Anna Tarrès, y su gran estrella, Andrea Fuentes, el equipo español quizá haya perdido algo de brillantez, pero ha pasado la revalida con nota. Y es que la ‘sincro’ sigue siendo la principal baza española en unos Mundiales de natación.

Con Ona Carbonell, que ha completado las siete pruebas y coleccionado siete medallas, la mallorquina Marga Crespí (con cinco preseas), Clara Basiana, Alba Cabello, Thais Henríquez, Paula Klamburg y las más jóvenes Sara Levy, Meritxell Mas, Laia Pons y Cristina Salvador, España dice adiós a los segundos Mundiales en Barcelona en diez años con tres platas y cuatro bronces. Otro éxito histórico de un equipo de ensueño.