Sergio Ramos golpea el balón durante el entrenamiento de la selección española en Maracaná. | SERGIO MORAES

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La selección española, que asombró con su fútbol en su estreno en la Copa de las Confederaciones, busca las semifinales y una goleada histórica ante Tahití, un grupo de jugadores amateur, que está disfrutando de la aventura de disputar su primera competición internacional.

Habrá pocos partidos de mayor desigualdad en el mundo del fútbol. España, campeona del mundo y de Europa, mide fuerzas ante la selección 125 del ránking de la FIFA, una debutante que solo tiene entre sus jugadores a un profesional, el delantero Marama Vahirua. Los internacionales españoles disfrutarán de jugar en Maracaná, estadio mítico donde desean dejar una exhibición de un estilo.

Las sensaciones que dejó la selección española en el primer paso de su nuevo reto, conseguir el único título que le falta por ganar, no pudieron ser más positivas. Ante Uruguay dejó el mejor fútbol de la era Del Bosque , sumado a momentos puntuales como la final de la Eurocopa 2012 ante Italia. Sin embargo, no cerró el partido pudiendo golear y una acción a balón parado provocó un final de tensión.

Ambición

Ante Tahití el partido llega con sensaciones de goleada histórica. Con un 13-0 a Bulgaria en mayo 1933 como el récord a superar y el 12-1 a Malta en mente de todos como una referencia inevitable. La goleada dependerá de la ambición de España y si levanta el pie. Jugar en Maracaná y el hambre de nuevas marcas de la generación de oro del fútbol español hacen ver que la Roja no se conformará con un triunfo corto.

Además, Del Bosque dará la oportunidad de jugar a los futbolistas que comenzaron la competición como suplentes. Podrán reivindicarse, además de sentirse partícipes en un torneo en el que España ya acaricia las semis .

Salvo un central, por la ausencia en la convocatoria de 23 de uno más que permita sentar a los zagueros titulares, los cambios del once serán diez. Todos salvo Sergio Ramos, que portará el brazalete de capitán y cumplirá un sueño de infancia.

El primer cambio llega en la portería. Del Bosque tenía que tomar una difícil decisión y tiró de la jerarquía del capitán para apostar por Casillas. Aguanta el seleccionador la crítica de alinear a un jugador que llevaba cinco meses sin competir. En su cabeza está dar un partido de la fase de grupos a cada portero. Llega el turno de Valdés. La defensa estará formada por Azpilicueta y Monreal en las bandas más Raúl Albiol como pareja de Ramos en el centro. Javi Martínez llevará el mando, Cazorla intentará hacer de Xavi con un tridente ofensivo formado por Silva, Mata y Villa más Torres como nueve .