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Separar a Carlos Moyà de una raqueta resulta misión casi imposible. Su pasión por el tenis va más allá de la brillante carrera del primer número uno mundial español. Recuperado de las molestias físicas que forzaron su retirada del campo profesional, el tenista palmesano lleva poco más de dos años siendo uno de los grandes animadores del ATP Champions Tour, el circuito de veteranos que reúne, además de al mallorquín, a ilustres como Becker, Borg, Cash, Chang, Sampras, McEnroe, Wilander, Lendl, Noah, Ríos, Courier o Edberg, entre muchos otros.

Pero el número uno es Charly. Es Moyà. Su triunfo en el torneo de Delray Beach (Estados Unidos), doblegando en la gran final a su admirado John McEnroe (6-4 y 6-2), le coloca al frente del ránking del Champions Tour, con 400 puntos, por los 300 de McEnroe, 200 de Aaron Krickstein, los 150 de Mats Wilander y los 80 de Pat Chash y Mark Philippoussis.

El isleño reedita su triunfo de 2012 (entonces se impuso a Lendl) y se sitúa en lo más alto de la clasificación mundial, como en el cierre del curso 2011, y en sus últimas apariciones sobre la pista, ha salido ganador.

Solidez

El camino hacia la victoria en Delray Beach ha sido plácido para Moyà, que en la liguilla inicial doblegó a Krickstein y Philippoussis, para acceder a una final en la que se enfrentó a un tenista 18 años mayor que él (54 años de McEnroe por los 36 de Carlos).

La imagen de un triunfador Moyà en el ATP Champions Tour (que en su día hizo escala en Mallorca) no es nueva en un circuito que en 2013 hará escala en Estocolmo, Medellín, Sao Paulo, Edimburgo, Bélgica y Río de Janeiro, antes del Másters de Londres, del 4 al 8 de diciembre. Moyà ha vuelto. Y lo ha hecho para hacer algo que se le da bien: ganar.